Espero que este tiempo que no he escrito ni una sola frase me hayáis echado de menos, pero bueno, ahora que escribo quiero que sepáis que simplemente están siendo semanas ocupadas por muchas razones, una de ellas es que estoy enfrascado en un intento de cambio de varillas tanto en los hierros como en las maderas, que por cierto no esta resultando.
Como ya sabréis juego con varillas muy antiguas y que en ambos casos, hierros y maderas, ya no se fabrican. Esto trae un problema porque tarde o temprano tendré que cambiar. Las características que tienen mis varillas, ya sea por hábito o porque se ajustan a mis cualidades, son perfectas o al menos es lo que pienso, y las nuevas varillas que pruebo no me dan ese feeling que recibo con las antiguas.
Las semanas después de verano han tenido un poco de todo pero un buen resumen sería este: cuando el juego largo está bien, el juego corto es pobre; y cuando el juego corto es bueno, el juego largo es mediocre. Esa es la tónica predominante durante estas semanas, así que os podéis imaginar que estoy en permanente lucha. Entreno durante horas y de repente parece que encuentro algo a lo que agarrarme el día siguiente pero… ERRORRRR, al día siguiente esa sensación que había encontrado durante esas horas de entreno YA NO FUNCIONA. Así que ya podéis imaginar con qué nivel de frustración o impotencia afronto alguno de los días de competición.
También es verdad que esto es parte de la carrera de un jugador profesional de golf. No todo puede ser hacer birdies y pegar golpazos. Ahora me ha tocado abrir el paraguas y, como me dijo una Chema Olazábal, ¡simplemente toca esperar a que escampe!
Al margen de esta situación poco agradable también tengo que deciros que no son todo malas noticias, el año está a punto de terminar para los jugadores como yo, que estamos fuera de las famosas series finales. Como ya sabéis estamos jugando en Portugal, con un tiempo malísimo y ahí esta la parte positiva. Yo vivo aquí y, claro, en estos tiempos muertos donde se retrasa el juego por tormenta eléctrica o lluvia, pues aquí estoy en casita, viendo una película o leyendo en vez de estar en el hotel sin hacer nada.
El final de año no está siendo muy agradable pero esa es la grandeza de este deporte. De repente cambia algo, tu cabeza empieza a reaccionar de diferente manera ante lo que son los momentos buenos o malos… ¿Y quien dice que no puede llegar, en mi caso, la séptima victoria?
