Hola a todos. Ya estamos en Lancaster. Esta semana se juega el US Open. Silencio, se rueda. Semana grande. Semana importante. Todas las ganas del mundo. Vengo además reforzada con el tercer puesto que logré hace dos semanas en Arkansas.
Venía jugando bien antes, pero me venía abajo pronto, ya sabéis, ese putt que es justo el que puede impulsar la vuelta y no entra… Pero bueno. En Arkansas jugué bastante bien, mejoré la actitud y, sobre todo, volví a pegar muy bien a los hierros, que es el fuerte de mi juego.
Fue un buen resultado y llega en un momento muy bueno, ya que ahora vienen muchos torneos importantes, así que a ver si sigue la racha, y sobre todo esta semana. Si hago un diagnóstico de mi juego diría que estoy muy contenta. He mejorado bastante el juego corto y con el putt me encuentro bien, le estoy pegando bastante mejor a la pelota.
Si hablamos de otros diagnósticos ya no es todo igual de bueno… La mano está bien, pero aún no estoy al ciento por ciento porque me duele mucho la cicatriz. Me duelo cuando voy al gimnasio, cuando pego bolas e incluso cuando no hago nada pero me rozo con algo. Es muy molesto. Por suerte, no me duele cuando juego, no sé por qué, igual es por la adrenalina o porque no pienso, pero es la realidad. Estoy ya un poco aburrida, así que a ver si pasa ya de una vez.
En cuanto al campo no os puedo contar mucho porque no lo he jugado. Sólo sé lo que me ha contado Carlota, que es muy movido en general y en los greenes en particular. Prefiero no preguntar mucho porque al final acabas quedándote con la opinión de otras y a mí me gusta más llegar de nuevas y crearme mi propia idea del campo. En cualquier caso, ya os digo que será un campazo, como todos los del US Open.
