Creo que no sorprendo a nadie si digo que la temporada no ha empezado como yo esperaba. Hemos consumido un tercio y la verdad es que los resultados no están siendo los deseados. Me cuesta cuadrar los torneos. Hago vueltas buenas, pero también meto alguna mala todas las semanas. Me falta consistencia para estar más arriba.
Yo soy una persona analítica, me gusta estrujarme para encontrar respuestas, así que os podréis imaginar la de vueltas que le he dado a la situación. Sinceramente, pienso que al final la clave está en esas dos palabras que aparecían en el primer párrafo: esperaba y deseados. Dos palabras que se pueden resumir en una: expectativas.
En invierno trabajé muy bien con Marcelo Prieto, mi entrenador técnico, y con Paco Fernández, mi preparador físico. Me sentía genial. El juego corto estaba mejor que nunca y en el juego largo estaba empezando a sacar fruto al esfuerzo, con una velocidad de swing muy buena. Por todo esto, me puse unas expectativas muy altas. Me he visto tan bien que cuando algo no me sale bien me vuelvo loca.
La solución es más fácil decirla que hacerla, pero la tengo muy clara. Necesito tener paciencia, no fijarme tanto en los resultados y confiar en que todo va a salir por el trabajo y el entrenamiento que estoy haciendo. Estoy con muchas ganas, así que quiero mejorar la actitud durante los torneos. Es fácil decirlo y complicado hacerlo.
Esta semana han estado aquí otra vez Marcelo y Paco y hemos estado trabajando muy bien. Nos hemos centrado en el juego corto. Es estupendo tenerlos aquí. Me ayudan mucho. También han estado mis padres de visita, así que he pasado unos días geniales.
Por cierto, he cambiado de putter… He dejado el de media luna que utilizaba antes y he metido uno nuevo en la bolsa. A ver si se porta bien.
