Semana en casa en Florida antes de viajar a Europa para jugar el British Open, pasar por Málaga y afrontar los Juegos Olímpicos de Río. Sin duda, este momento del calendario estaba marcado desde principios de año con un rotulador rojo. Para mí es probablemente el tramo más importante de la temporada y estoy contenta porque llego muy bien, tanto de swing, como de putt, así como de confianza y cabeza.
No ha sido una temporada fácil, pero ahora siento que las piezas encajan. En los seis últimos torneos he hecho tres top ten y aunque los dos últimos cortes fallados, antes de acabar novena este domingo en el Marathon Classic, hicieron daño, la verdad es que no me minaron en cuanto al juego. Le estoy pegando bien a la bola y por fin siento que técnicamente estoy haciendo bien las cosas con el putt.
Precisamente en los greenes es donde he notado una gran mejoría. Antes los putts podían entrar o no, pero no estaba cómoda. Tenía la bola muy al pie izquierdo y mi ojos estaban detrás de la pelota. Ahora he mejorado mucho la posición. Me gusto mucho más técnicamente. Entrarán o no los putts, pero lo estoy haciendo bien, la bola rueda como tiene que rodar.
Tampoco ha sido un año fácil respecto a los caddies. Ya sabéis, cuando las cosas van bien no hay ningún problema y todo se hace sencillo, pero cuando los resultados no acompañan vienen los problemas. Yo llevo tiempo jugando bien, pero los resultados no estaban llegando y me notaba con un problema de ansiedad. Quería hacer el birdie antes de pegar desde el tee y en el hoyo 1 ya quería ir cinco menos. Así es muy complicado porque te cae un bogey, empiezan los nervios y comienzas a forzar las cosas. Ahí necesitas a alguien al lado que te pare los pies, que la eche al suelo y te transmita tranquilidad y confianza.
Todas tenemos que aprender de Lydia Ko o Inbee Park. Siempre van tranquilas, a su juego, seguras de que antes o después van a caer los birdies, sin forzar. Son capaces de estar toda una vuelta al par y acabar con tres birdies seguidos. Esa tranquilidad es clave y a mí me ha faltado el algunos momentos. La semana pasada vino Tim, mi marido, de caddie conmigo y me sentí mucho mejor. Tuve también momentos complicados porque sentía que estaba dando clínic por los primeros nueve hoyos, por ejemplo el primer día, y sin embargo iba +1. En ese instante, él supo darme confianza y tranquilidad y acabaron cayendo los birdies y haciendo un buen resultado por los segundos nueve. Para mí es el momento más importante del año y me encuentro muy bien.
En el British voy a trabajar con Simon, un caddie irlandés nuevo esta temporada en el LPGA Tour que estaba llevando la bolsa de Joanna Klatten hasta que se lesionó, aunque a los Juegos voy a ir con Tim porque ya lo teníamos hablado. Por cierto, la próxima semana os hablaré de Río y de algunas cosas que no me han parecido nada bien de los últimos días.
No quiero despedirme sin recalcar la rabia que me da que se esté jugando la International Crown esta semana en Chicago y que España no esté. Sabíamos que la campeona no se clasificaba automáticamente y punto, no hay que darle más vueltas, pero me da mucho coraje no estar allí. Además, yo tengo que ir el sábado al torneo para un acto de mi patrocinador. Me voy a comer las uñas… Lo único que puedo decir es que haremos todo lo posible para regresar dentro de dos años. España estará en Corea.
