Inicio Blogs Azahara Muñoz Una buena pareja no se deshace por un mal resultado

Una buena pareja no se deshace por un mal resultado

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Si el viernes a las ocho y media de la mañana me pasan un papel con el resultado de 5-3 lo firmo con los ojos cerrados. Es un marcador buenísimo y encima se refuerza por la manera de terminar de Sergio García y Rory McIlroy.

Ya ven, sólo es medio punto, pero tiene muchísimo valor. Era la pareja más potente de Europa, la mejor que se puede formar ahora mismo en el mundo para una Ryder y hubiera sido un palo que se marcharan de vacío. Ese medio punto sabe a victoria y, por supuesto, a derrota para Estados Unidos.

Ya sé que Sergio descansa el sábado en los fourballs. Es lo lógico. Me extrañaría mucho que alguien dispute los cinco puntos. A mí me parece una barbaridad. Hay que estar muy preparados física y sobre todo mentalmente. Es muy duro. Así que es lógica la rotación. Nosotras funcionábamos igual en la Solheim Cup.

Sin embargo, más allá de lo que dice el resultado me gustaría destacar la química que he visto entre Sergio y McIlroy. Sinceramente, me parece una tontería y bastante injusto que por un mal día o una mala vuelta se pueda decir que no pueden jugar juntos. Hay que ir más allá del resultado. Si se les viera que no se compenetran o con los brazos bajados, yo sería la primera que lo diría. Pero no es así. Se han estado animando continuamente, han leido los putts juntos en muchas ocasiones, se han reido un montón y todo eso tiene mucho valor. Yo seguiría apostando por ellos jugando juntos. Precisamente la química es la que les ha hecho, jugando mal, llegar al 18 en el fourballs y sacar medio punto milagroso en el foursome. Iban disfrutando a pesar de ir perdiendo. Es como si yo pierdo con Carlota Ciganda, esas cosas pasan, pero no significa que no seamos una buena pareja jugando juntas.

Creo que la primera jornada nos ha dejado la imagen de un equipo europeo superior. Estados Unidos tiene súper jugadores y pueden reaccionar, pero sinceramente, y ojalá no me equivoque, no veo a nadie en ese vestuario cogiendo del pecho a los demás o lanzando una arenga para reaccionar. Insisto, ojalá no me equivoque.