Inicio Blogs Caddielandia El dedo estaba azul, inflamado y yo veía las estrellas del dolor

El dedo estaba azul, inflamado y yo veía las estrellas del dolor

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Raúl Quirós, con la bolsa de Pablo Larrazábal, durante la dolorosa jornada del viernes. © Golffile | Thos Caffrey
Raúl Quirós, con la bolsa de Pablo Larrazábal, durante la dolorosa jornada del viernes. © Golffile | Thos Caffrey

Omega Dubai Desert Classic. El torneo aún no ha empezado. De repente, el miércoles me levanté con el dedo gordo del pie izquierdo inflamado, azul, pero no en la parte de la punta de la uña, sino justo detrás, y me dolía. Tampoco le di mucha importante. Más de una vez me ha pasado que la uña se me clava por la parte de delante y pensé que sería algo de eso. Además, no soy muy quejica pare estas cosas. Y dije, bueno, nada, ya se quitará…

El miércoles anduve bastante fastidiado, pero sin hacerle demasiado caso, aunque con el paso de las horas me iba mosqueando. El jueves ya me dolía muchísimo, con los típicos pálpitos en el dedo que sabes que no está bien, que parece que tiene vida propia. Y ya el viernes, que jugamos por la mañana, vi las estrellas. Aguanté como pude y cuando acabamos me acerqué al médico del European Tour porque aquello ya no era normal.

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El médico rápidamente me dijo que tenía una infección y le pregunté qué podíamos hacer para solucionarlo. Lo que tenía claro es que no me atrevía a irme a Arabia Saudi, sin conocer nada de aquello, con el dedo así. Le pedí que hiciera lo que fuera necesario para quitarme la infección. La respuesta fue rápida: “Lo único que puedo hacer es ponerte anestesia, dormirte el dedo y abrirte una raja para sacar todo lo que hubiera ahí de infección”. Pues dele usted, le dije.

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Y eso es lo que hizo. Me puso varios pinchacitos de anestesia, me abrió, sacó todo lo que pudo y más, salió un pastelito bueno, que menos mal que yo no vi, y me puso la clásica pomada antibiótica. He estado desde el viernes tomando antibióticos, paracetamol e ibuprofeno cada varias horas. El sábado y el domingo antes de la hora de la toma de las pastillas veía las estrellas, un dolor brutal. Tanto es así que el sábado llamé a Javier Erviti, caddie de Renato Paratore, que no había pasado el corte, por si le importaba venir al club y llevarle la bolsa a Pablo porque probablemente yo no iba a poder…

Me puso varios pinchacitos de anestesia, me abrió, sacó todo lo que pudo y más, salió un pastelito bueno, que menos mal que yo no vi…

Sin embargo, luego, cuando las medicinas hicieron efecto, he podido ir tirando… El domingo ya me quitaron la venda del dedo y está bastante mejor. Pero ahora viene otro problema… De apoyar mal, con la parte externa del pie, para proteger el dedo, tanto en el dedo meñique del pie izquierdo como en la base del talón me he hecho unos callos del terror. Ahora veo las estrellas por el otro lado. Además, el dolor de los callos nunca lo había experimentado, porque nunca los he tenido… Y eso no lo quita ni el ibuprofeno y nada de nada… Así que nada, los gajes del oficio. Y todo esto andando con la bolsa al hombro. Por suerte, ya estoy mejor, espero estar casi al ciento por cien en Arabia. Lo bueno es que las dos semanas en Abu Dhabi y Dubai han ido bien, así que el dedo duele un poco menos. El 64 del domingo fulmina cualquier tipo de queja…