Inicio Blogs Caddielandia Queda la sensación de haber avanzado, no de haber perdido nada

Queda la sensación de haber avanzado, no de haber perdido nada

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Francesco Molinari, junto con Pello Iguarán durante la cuarta ronda del Masters. © Golffile | Fran Caffrey
Francesco Molinari, junto con Pello Iguarán durante la cuarta ronda del Masters. © Golffile | Fran Caffrey

Sé que desde fuera habrá algunos aficionados que pensarán que el Masters fue una pena para Francesco Molinari, incluso creerán que la sensación final es de dolor y amargura por el resultado final, pero os aseguro que nada más lejos de la realidad. Yo no tengo ningún tipo de sensación agridulce y Fran, tampoco.

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Sabemos que hemos podido aprovechar una oportunidad, pero la satisfacción por el trabajo bien hecho está muy por encima. Tanto Francesco como todos y cada uno de los miembros del equipo estamos más centrados en el proceso que en el resultado. Nuestra obsesión es mejorar, mejorar y mejorar, cada uno en su parcela y entre todos conseguir que Francesco sea cada vez mejor jugador. Y creo que esto es indiscutible. Se han producido tantas mejorías en los últimos meses en todas las parcelas del juego que la sensación tras el Masters es la de haber dado un nuevo paso hacia adelante. Avanzamos. Y eso es lo más importante.

Se han producido tantas mejorías en los últimos meses en todas las parcelas del juego que la sensación tras el Masters es la de haber dado un nuevo paso hacia adelante

Ha mejorado en todas las parcelas del juego. La consistencia con el putt durante todo el año y en campos donde la exigencia es grandísima, como en Augusta, es muy alta. También ha mejorado muchísimo el chip, tanto por alto como por bajo. Aquí tengo que decir que ha dado unas clases este año con James Raiyard y las sensaciones son estupendas. Es el entrenador a tiempo completo de Oliver Wilson y ha empezado a trabajar con Fran el chip. Los avances han sido muy buenos y como persona es un diez. Os lo digo porque todo el equipo hemos compartido casa en Augusta y la convivencia ha sido excelente.

También ha mejorado muchísimo el chip, tanto por alto como por bajo. Aquí tengo que decir que ha dado unas clases este año con James Raiyard y las sensaciones son estupendas

Una buena demostración de la mejoría alrededor de green es que creo que ha sido el récord de scrambling (recuperaciones) en el Masters, o al menos ha estado muy cerca. Además, ha sido de los mejores pateadores. Ha llegado a tal punto de mejoría, que su juego corto se está pareciendo al largo, donde por cierto también sigue trabajando, para ser aún más sólido y tener más velocidad de palo.

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Por todo esto, os digo que la sensación no puede ser mala. Nunca. No hay ningún aspecto de su golf donde no haya mejorado en las últimas semanas y todos tenemos claro que siguiendo en esta línea llegarán más opciones de victoria. Esto es lo realmente importante. Por eso le damos tanta trascendencia al proceso. El resultado es una consecuencia.

En el 12 teníamos 135 metros a botar y estábamos entre el hierro 8 y el 9. El viento, como siempre en esa zona de Augusta, te puede despistar, pero yo tenía muy claro que venía en contra de la izquierda. Le dije que el 8 me gustaba y él lo vio claro también. La línea era la torre, entre los dos búnkers, si nos quedábamos cortos, a un búnker, y si íbamos largos, al otro

Seguro que habrá interés en conocer qué pasó en el hoyo 12 y en el 15, donde la bola acabó en el agua. Os digo que no pesa porque teníamos claro lo que queríamos hacer y la diferencia entre que los dos golpes fueran perfectos a lo que pasó fue mínima. En el 12 teníamos 135 metros a botar y estábamos entre el hierro 8 y el 9. El viento, como siempre en esa zona de Augusta, te puede despistar, pero yo tenía muy claro que venía en contra de la izquierda. Le dije que el 8 me gustaba y él lo vio claro también. La línea era la torre, entre los dos búnkers, si nos quedábamos cortos, a un búnker, y si íbamos largos, al otro. Pues bien, lo único que pasó es que la bola salió dos metros más a la derecha y cinco metros corto. La diferencia es mínima. Sólo le faltó darle un poco más. Algo casi imperceptible. Si sale el golpe tal y como teníamos en la cabeza, la habría dejado dada y seguramente habría cerrado el Masters ahí. Tiger Woods estaba con dudas hasta ese momento, aunque después supo aprovechar muy bien el momento. Vio la luz y hasta cambió su intensidad jugando.

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En cuanto al golpe del 15, es cierto que el tiro de colocación, el segundo, se fue un pelín más largo y acabó en el rough, pero Francesco tenía claro que quería dejarse el mejor ángulo para atacar la bandera. Valoramos pegar el 52 o el 60 grados. Finalmente optó por el 60 y, desde el rough, la bola salió más alta de lo normal y pegó en una piña. Cuestión de milímetros. Si no da en la piña, seguramente la habría dejado muy cerca. También en ese momento nos estaba presionando Tiger al estar de dos en el green, pero no tiramos presionados o buscando un golpe que no veíamos por arriesgar. Teníamos claro que ese era el golpe que había que hacer y simplemente se cruzó una piña en el camino… Me gustó que seguimos la estrategia tal y como la veíamos. En ningún momento jugó agarrado al palo o con miedo. Al revés.

La realidad es que ahora mismo no le veo techo a Francesco. Tiene las ganas necesarias para mejorar cada día. Está centrado en el proceso y no en el resultado. Se marcha del Masters con la sensación de haber avanzado, no de haber perdido

La realidad es que ahora mismo no le veo techo a Francesco. Tiene las ganas necesarias para mejorar cada día. Está centrado en el proceso y no en el resultado. Se marcha del Masters con la sensación de haber avanzado, no de haber perdido. Y eso es excelente. Si seguimos así, llegarán más oportunidades. Es el camino y todos lo tenemos claro, todos en el equipo, Denis (juego largo), Rob (físico), Dave (entrenamiento en competición), James (juego corto), Phil (putt) y yo mismo, claro…

Cuando aún no había frenado la bola, fue exagerado ver cómo muchos aficionados animaban y jaleaban a la bola para que cogiera la pendiente y se alejara aún más. Estoy seguro de que si le preguntan a Tiger, tampoco le gusta que pasen estas cosas

Por cierto, un último detalle que quiero destacar sin darle más importancia, pero sí al menos comentarlo. Sabemos que Tiger Woods es el ídolo y que muchos de los que estaban en Augusta iban con él y esperaban su victoria, pero no es fácil entender que se produzcan ovaciones cuando una bola de un rival acaba en el agua. O, por ejemplo, cuando el chip de Francesco en el hoyo 1 se fue un poco largo, unos cuatro metros, y se quedó muy cerca de coger otra pendiente que lo habría alejado a unos doce metros. Cuando aún no había frenado la bola, fue exagerado ver cómo muchos aficionados animaban y jaleaban a la bola para que cogiera la pendiente y se alejara aún más. Pero ya os digo, no le doy mayor importancia. Tengo claro, en cualquier caso, que algo así nunca pasaría en el Open…

3 COMENTARIOS

  1. Mi agradecimiento por la luz que arroja este artículo y estos comentarios de un profesional en toda regla. No basta con verlo por tv., aquí hay más.

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