Inicio Blogs Carlota Ciganda Con la voz rota y llorando como una Magdalena…

Con la voz rota y llorando como una Magdalena…

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No me quito de la cabeza el segundo golpe del 15, ni las dos veces que jugó el hoyo 18. No me quito de la cabeza su celebración, con los puños cerrados hecho un ovillo de felicidad, su grito, su adrenalina. Han pasado dos días y lo sigo recordando, en sueños o tomando el café por la mañana antes de ir a entrenar el campo de Hawái, donde jugamos esta semana.

Qué subidón. Qué alegría más grande. Felicidades, Sergio. Siento que no voy a ser muy original, pero tengo que decírtelo: te lo mereces. Has pasado lo tuyo y todos los que tenemos la fortuna de haberte conocido de cerca lo sabemos. Y por eso me alegro tanto. Y por eso me puse a llorar como una Magdalena cuando te vi celebrarlo en el 18 de Augusta. Eres el campeón del Masters. Lo digo en alto y me emociono.

Tengo que decir que estoy ronca y que sólo es culpa tuya. Bendita culpa. Me sentí como una barra brava en el apartamento donde vimos la última ronda junto a Giulia Molinaro, Gaby López y dos caddies españoles. Me deje la voz gritando. Qué sufrimiento y qué alegría. ¡¡Qué gozada!! Hasta intercambié un par de mensajes con Rafa Nadal, anfitrión del torneo solidario que he jugado en Pula en los últimos años. «¿Pero lo estás viendo?» «Sí, sí, es increíble». Te has puesto en órbita y nos has puesto a todos en órbita.

Ganar el Masters de Augusta es suficiente como para no entrar en muchas otras cosas, pero encima fue impresionante cómo lo hiciste. Fue en plan campeón, jugando un golf de lujo, tu golf, pegando un tirazo después de otro. Qué genio. Enhorabuena. Yo sé que lo importante es ganar, pero también sé que a ti te gusta hacerlo siempre bonito. Y así fue. Bonito no, precioso.

No me puedo olvidar de Consuelo y Víctor, tus padres. Sé cómo lo han pasado, lo cerca que han estado siempre de ti, cómo han sufrido y han disfrutado contigo. Me alegro mucho por ti, cómo no, pero no sé si me alegro casi más por ellos. Ni me puedo imaginar lo que habrán vivido en las últimas horas.

Y dicho todo esto, sólo apuntarte que no puedo tener más ganas de que empiece este torneo. Tu actuación es una inspiración para todos, un acicate, un aliciente. Siempre tengo ganas de jugar y de ganar, pero tras lo que vi por televisión el domingo tengo más ilusión que nunca por hacerlo bien. Gracias por servirnos a todos de inspiración. Maestro.