Inicio Blogs Carlota Ciganda Rogelio, siempre me acompañarás en cada bola que pegue

Rogelio, siempre me acompañarás en cada bola que pegue

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Tengo que reconocer que no me resulta fácil hablar de Rogelio Echeberria. Mis lágrimas de dolor por su pérdida me bloquean y hacen que me sienta muy sensible.

Pero mis lágrimas de tristeza se transforman muy fácilmente en lágrimas de cariño, de amor y de agradecimiento a un gran hombre que ha formado parte de mi vida desde que tenía cinco años.

Alguien escribió alguna vez que se puede enseñar a decir gracias, pero no a estar agradecido, y creo que tiene toda la razón, pues mi vida a su lado hace que solo tenga sentimientos de agradecimiento hacia él. Y esto no me lo ha enseñado nadie, ya que es él quien me ha hecho sentirlo así.

¡Cuántos momentos juntos! ¡Cuántas anécdotas! ¡Cuánto aprendizaje! ¡Cuántas risas! Y cuánto cariño a nuestra manera he vivido y compartido con él.

Todo lo que soy en el golf se lo debo a él, y todo lo que pueda llegar a ser también, pues sé que su recuerdo me acompañará y me seguirá enseñando siempre, cada vez que golpee la bola. Le sigo escuchando y viendo cada día, ¡siento su voz muy presente cada día que entreno!

Aquella niña que comenzó su carrera a una temprana edad y hoy es ya adulta ha perdido a su ángel amigo y mentor, aquel que con tan solo una mirada era capaz de corregir el más insignificante de sus errores para que la bola fuese a donde tenía que ir. Mucha magia. Y qué simple lo veía todo, cuánta confianza transmitía con sus palabras…

Pero sé que los ángeles nunca nos abandonan y tengo la seguridad de que su recuerdo me hará más fuerte y más madura. Siempre viajará conmigo, con su presencia desde el corazón, dándome la seguridad y las buenas sensaciones que se necesitan en el deporte del golf.

Hoy siento la soledad de asumir que su voz ya nunca más me acompañará, la crudeza de superar el duelo que supone su pérdida, pero sé que su recuerdo y todo lo que el me enseñó me hará más fuerte que nunca, y este será mi homenaje pues el me enseñó a sacar toda la fuerza en los momentos más difíciles y complicados.

En el hoyo sin número del Silencio, ese hoyo en el que todos finalizaremos algun día la vuelta de nuestra vida, hoy mi Maestro ha batido el récord del campo con una vida de dedicación a lo que siempre le apasionó.

El golf de Ulzama hoy llora su ausencia, pero los que le hemos querido y conocido siempre lo llevaremos en la bolsa de palos del corazón con el carro del cariño.

Gracias Rogelio, Gracias Maestro, por ser como has sido conmigo y todo lo que me has enseñado. Esta semana, y todas las semanas, irán por ti. Lo voy a dar todo para dedicarte un torneo. Como siempre me enseñaste, Maestro.

Un beso desde el corazón