Inicio Blogs David Durán La delgada e invisible línea que separa el día de la noche

La delgada e invisible línea que separa el día de la noche

Compartir
Jorge Campillo en la jornada del viernes en Valderrama. ©Bosco Martín
Jorge Campillo en la jornada del viernes en Valderrama. ©Bosco Martín

La confianza o la falta de ella, referida al golf, es algo así como un estado caprichoso que va y viene, puede que en un mismo hoyo, no siempre controlable. Indescriptible, en todo caso.

El mismo Christiaan Bezuidenhout reconocía al final de la última vuelta, con el trofeo ya en la mano, que el putt para salvar el par en el hoyo 8 fue trascendental. De haberlo fallado, habría encadenado cuatro bogeys consecutivos, cinco en los últimos seis hoyos… A partir de ese punto, sin embargo, todo pareció para él coser y cantar. De algún modo entendió que la tormenta había pasado. Y pasó.

Fabrizio Zanotti la semana pasada en Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey
Fabrizio Zanotti la semana pasada en Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey

A Fabrizio Zanotti se le vio el viernes embocar cuatro putts de birdie seguidos en torno a los cinco o seis metros de distancia. Seguidos, no es broma. Luego enchufaría otros dos más, de nuevo desde los seis metros, también de birdie. Pero el paraguayo iba a terminar con cuatro bogeys por los últimos seis hoyos de la vuelta errando otros putts mucho más cortos. Imposible saber qué pasaba por su cabeza (o qué no pasaba, que esa es otra) en unos y otros momentos…

– Bradley Dredge marchaba con un parcial de -1 en los primeros cinco hoyos de la última ronda. Y en el hoyo 6, par 3, pega un excelente golpe, tanto que la bola golpea contra el mástil de la bandera. El problema es que el maldito rebote le lleva a una posición fuera del green y sale de allí con un bogey… Desde ese momento ya no hubo descanso para el galés: todo lo que podía salir mal, salía mal.

Gonzalo Fernández Castaño durante el Estrella Damm Andalucía Masters. © Golffile | Thos Caffrey
Gonzalo Fernández Castaño durante el Estrella Damm Andalucía Masters. © Golffile | Thos Caffrey

– Gonzalo Fernández Castaño lucha denodadamente el viernes por pasar el corte. Sufre lo insufrible desde el tee, pegando bolas hacia todos los lados, sobre todo por la segunda mitad de su vuelta, pero acto seguido se las va arreglando para minimizar daños. Terminará firmando una vuelta de PAR muy meritoria, pero insuficiente para pasar el corte, cumpliendo su propia profecía: el clásico día que juegas al par del campo para quedarte fuera del corte por una, había dicho antes de salir. Y eso es exactamente lo que ocurrió.

– Alejandro Cañizares nos confiesa que en el segundo golpe del 17 de Valderrama, el viernes, terminando por el 18 y jugándose también el corte, el corazón le iba a mil por hora y no terminaba de explicarse por qué. A estas alturas de su carrera, quizá pensaba, no debería sufrir tanto en la lucha por pasar un corte.

Adri Arnaus en la tercera jornada en Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey
Adri Arnaus en la tercera jornada en Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey

– Arnaus viene el domingo algo parado, no termina de arrancar, y además acaba de salir sin el birdie del hoyo 11, par 5, después de haberse puesto de dos en la entrada del green… En el pequeño paseíto hasta el tee del hoyo 12 y de un modo más o menos inconsciente (¿quién lo sabe con seguridad?) el catalán busca en su interior algún fuego con el que calentarse. Así lo explicaba: “ese momento en el 11 me ha creado algo dentro de querer buscar birdies a partir de ahí y por suerte han caído tres seguidos”.

Nadie parece encontrar el modo de atacar la bola con garantías en los alrededores de los greenes de Valderrama. Ese rough denso de festuca de doble hoja está quebrando la confianza de la mayoría. ¿Nadie? En realidad, Bezuidenhout sí tiene la receta. Sus aprochitos acaban casi siempre muy cerca del hoyo. Podría patentar el remedio.

La confianza o falta de ella tiene mucho que ver con la capacidad de asimilar los errores como parte impepinable del juego, sin más. Álvaro Quirós, cuyos resultados han subido como la espuma, podría hablarnos mucho de esto.

Eduardo de la Riva en el hoyo 18 de Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey
Eduardo de la Riva en el hoyo 18 de Valderrama. © Golffile | Thos Caffrey

Al final, hay que quedarse con el resumen que hacía Eduardo de la Riva: “se trata de ponerte en el tee del 1 y creer que puedes ganar a todos, eso es lo que he hecho esta semana y lo que no estaba haciendo nada bien en los últimos tiempos”.  La batalla de la confianza, que nunca acaba.

Mucho menos en un campo como Valderrama, donde la delgada e invisible línea que separa la noche del día se te puede cruzar varias veces en un mismo hoyo. Debiera ser obligatorio que los mejores jugadores del mundo pasasen por aquí cada año.

Blog de David Durán