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Carlota y el eco de Corea

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La victoria en México de Carlota Ciganda, la segunda en el LPGA Tour en menos de un mes, es sólo un eco diáfano de lo sucedido en Corea. Nunca hubiera ganado la navarra el Lorena Ochoa Invitational fallando hasta diez putts de un metro, tal y como sucedió (lo cuenta ella en su blog, y esta chica tiene poco de Antoñita la Fantástica), de no haber ocurrido antes su magnífica victoria en el Keb Hana Bank Championship, que situó a Carlota en otra dimensión. La de las elegidas.

Recreémonos. Y para ello, recordemos algunos datos que suenan a música celestial: aquella semana en Corea del Sur la española luchó junto a cuarenta jugadoras del top-50 del mundo, entre las que destacaban todas las componentes del top-5 mundial en aquel momento, nueve de las diez primeras y 21 de las 25 primeras…

Lo hizo, además, en un escenario exigente y en suelo sagrado, si de golf femenino se habla: a día de hoy encontramos hasta 25 jugadoras coreanas en el top-50 del mundo, una auténtica monstruosidad, aunque ellas lo hayan hecho costumbre.

Hay algo de revelación en todo ello. Como lo hay en la estampa, trofeo en mano, de la navarra junto a Lorena Ochoa, la primera y última Número 1 de habla hispana. Carlota tiene sólo 26 años y el talento de siempre, pero más afilado y despierto  que nunca.

El triunfo en Corea no fue tampoco fruto de la casualidad, ni una ‘aparición’. Algunas ollas pitaban en la cocina. Salvando las distancias, que las hay y de todo tipo, la victoria de Carlota allí me recuerda a la de McIlroy en Congressional (US Open de 2011), tomándolas ambas como la ruptura de un dique.