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Discos reparados, nervios aliviados… Y algo más

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Tiger Woods durante el Valspar Championship. © Golffile | Dalton Hamm
Tiger Woods durante el Valspar Championship. © Golffile | Dalton Hamm

Tiger no siente dolor en la espalda. Por eso puede entrenarse de un modo más adecuado. Y por eso ha mejorado tanto. Y por eso ha recuperado la confianza, compite mejor y, en definitiva, apunta a un regreso a lo más alto. Por eso también buena parte de su preparación está orientada a la prevención. Es una cadena lógica, son las piezas de un puzzle al fin ordenadas.

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Tiger Woods la semana pasada en el Valspar Championship. © Golffile | Dalton Hamm
Tiger Woods la semana pasada en el Valspar Championship. © Golffile | Dalton Hamm

Pero poco o nada se está hablando de otra pieza fundamental, aunque al considerarla se corra el riesgo de ser rebautizado como ‘el tonto de lo intangible’, ‘el niño del alma’ o ‘el iluminado de las emociones’. Describámosla con una oportuna comparación: tangible fue la delicada cirugía a que se sometió en abril de 2017, una Fusión Interactiva Lumbar Anterior que consistía a grandes rasgos en elevar a niveles más normales el espacio de un disco colapsado para aliviar la presión sobre un nervio; intangible, o mucho más complicado de percibir de un modo preciso, ha sido ese otro proceso intelectual y emocional que Tiger Woods ha experimentado en los últimos meses, muy probablemente a partir de aquel desafortunado encuentro con la policía del condado de Palm Beach cuarenta días después de la intervención quirúrgica…

Tiger ha encontrado un ángulo más amable y menos estresante desde el que afrontar la vida

Tiger Woods en el Copperhead course. © Golffile | Dalton Hamm
Tiger Woods en el Copperhead course. © Golffile | Dalton Hamm

El cambio y mejora del gran campeón californiano tiene mucho que ver con discos reparados y nervios aliviados, con la carne pura y dura y la ausencia de dolor físico. Pero no solamente. Se ha producido también desde una decidida renovación del espíritu y una reparadora apertura de la mente y de las expectativas. Ha encontrado un ángulo más amable y menos estresante desde el que afrontar la vida. La sonrisa relajada y frecuente y otra retahíla de gestos y actitudes lo delatan. No es teatro ni postureo. La transformación vital de Tiger va más allá de los buenos resultados y hasta de la buena salud, aunque todo vaya entrelazado, es cierto, hasta el punto de no distinguir qué es qué.

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Tiger salió el domingo del green del 18 del Copperhead sereno y satisfecho, aunque no había ganado y, desde luego, la última jornada no había salido según lo previsto y deseado. Y aquella secuencia de imágenes es una pura bendición.

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