El análisis del corte en Shinnecock Hills resulta estimulante visto en clave de Ryder Cup por los ojos de un europeo. Es cierto que Sergio García y Jon Rahm no lo han pasado, tampoco McIlroy, pero hay que reconocer que las noticias son buenas en general, porque de estos tres jugadores, precisamente, aún se puede esperar lo mejor (sí, también de Sergio, que parece el más perdido de los tres, pero que ya está metido de verdad en la faena de la recomposición).
Es posible que nada afecte tanto al sistema nervioso de un jugador como el tee del 1 en una Ryder Cup. Pero la exigencia, estrés y grandeza de un US Open son un test ideal para calibrar la pasta de que está hecho un jugador, o cómo va llegando cada cual a la gran cita, cuando sólo estamos a doce semanas del fin del proceso de clasificación.
Por ejemplo, los primeros 36 hoyos en el recorrido de Southampton han mostrado a un Tommy Fleetwood brillante. E insisto en la misma idea de los últimos meses: Europa necesita como el comer la aparición y pujanza de nuevos líderes sobre los que sostener su armazón. El inglés puede y debe serlo. Tiene que serlo.
Estas dos primeras rondas confirman también el momento estelar de Poulter (su presencia al máximo nivel en la Ryder no tiene precio), así como la solidez de Rafa Cabrera Bello, Paul Casey y Alex Noren. Y sobre todo, muestran el repunte decidido de Henrik Stenson, probablemente la mejor de las noticias en esta clave de Ryder.
Puede que este fin de semana tengamos en Shinnecock un setenta u ochenta por ciento del equipo europeo, que saldrá de entre estos jugadores que han pasado el corte: Rose, Stenson, Fleetwood, Poulter, Cabrera Bello, Noren, Hatton, Fisher, Molinari e incluso Fitzpatrick, en quien cuesta más creer, aunque él se empeña una y otra vez, hay que decirlo bien alto, en hacerse notar. Siete de ellos, además, andan dentro del top 25 del torneo. Necesitamos tipos recios, templados en la adversidad, y el US Open es algo así como una semana de práctica con los marines. Bienvenidas sean entonces todas estas noticias que de allí llegan.
