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El secreto de Mickelson es que nunca mira atrás

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Phil Mickelson en la ronda final en Pebble Beach 2019. © Golffile | Phil Inglis
Phil Mickelson en la ronda final en Pebble Beach 2019. © Golffile | Phil Inglis

Phil Mickelson ha vuelto a ganar y lo ha hecho con 48 años y casi ocho meses. ¿Cuál es el secreto de su éxito, de su retorno ganador en el campeonato del Mundo de México 2018, después de casi cinco años de sequía, refrendado ahora en Pebble Beach 2019?

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Existe, desde luego, una explicación más o menos científica que el propio Phil ha brindado. No revela la ecuación secreta, entre otras cosas porque no existe como tal, universal e infalible, pero permite hacerse una idea somera de lo que ha ocurrido.

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“Históricamente”, dice, “cuando los jugadores van entrando en los cuarenta, hay sobre todo dos parcelas que declinan: el putt y la velocidad de swing. Mi putt ha mejorado en los últimos tres años y está como en el mejor momento de mi carrera. Y mi velocidad de swing es tan alta como nunca había sido. Ha aumentado cinco o seis millas por hora. Si estas son las dos parcelas en las que se produce un descenso y yo, sin embargo, he mejorado en ellas, no veo porqué no puedo seguir jugando a mi mejor nivel. No hay realmente un secreto… Fueron nueve meses de duro trabajo y después, de la noche a la mañana, mi swing era cinco o seis millas más rápido. Yo confiaba en que podía ocurrir, pero no vi los resultados hasta después de un tiempo significativo. Se hizo un estudio biométrico de mi swing, tratando de hacer más sólidas mis debilidades, ha habido mucho trabajo en el gimnasio, ha sido un completo proceso de entrenamiento”.

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Trabajo y trabajo, por tanto, canalizado en unos parámetros científicos. Más horas que nunca de gimnasio y putting green. Pero el meollo de la receta o la raíz de la cuestión hay que establecerla un paso más atrás: ¿de dónde saca este hombre, con un palmarés al alcance de muy pocos en la historia del golf y unas ganancias que se pierden en el horizonte, las energías para embarcarse en un proceso largo y esforzado? En ese fuego interior radica el misterio. Él lo tiene y lo aviva cada día.

Phil Mickelson nunca mira atrás. Siempre se las ingenia para tener por delante un reto, aunque sea el doméstico afán de ganarle una apuesta a un compañero en una ronda cualquiera de prácticas. Hay quien hace números proyectados en la historia, quien se pone objetivos y va elevando el listón de la gloria. Tiger, sin ir más lejos. Phil, sin embargo, encuentra la energía en la pura competitividad, en el empeño en ganar, donde sea y como sea, aunque sea una partida a las canicas.

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