Inicio Blogs David Durán El sueño confesable de Sergio

El sueño confesable de Sergio

Compartir

Todo el extra de preparación que ha venido realizando Sergio García desde hace poco más de un año (trabajo físico, profesor de putt…) tenía por objeto dar un pequeño salto cualitativo y cuantitativo que le ayudara a mantenerse arriba ante la pujanza de los nuevos valores del golf mundial. El Niño no era ya ningún niño: había que ponerse las pilas y, por ejemplo, pegarle un poquito más fuerte al drive… De ahí su frustración ante la ausencia de triunfos que confirmaran el progreso. El paso que ha dado en Vietnam es, por tanto y en este sentido, mucho más importante de lo que parece.

Hubo un tiempo en el que Sergio, nada amigo de hacer públicos sus anhelos profesionales (aquellos con los que se sueña despierto antes de echarse uno a dormir), sí tuvo como objetivo llegar a ser Número 1 del mundo. Hoy no. Pero sí que aspira a dar todavía una réplica seria a los McIlroy, Day o Spieth. Poder mojarles la oreja de vez en cuando. Ese reto le motiva, aunque nunca lo confesará.

El sueño confesable de Sergio pasa por verse subido en un podio el 14 de agosto escuchando el himno de España. Nada le gustaría más. Y ninguna sonrisa lucirá tan orgullosa y refulgente en la ceremonia de apertura de los Juegos de Río de Janeiro. Búsquenla entre la multitud, no tiene pérdida.