Inicio Blogs David Durán Faltan 1.533 días…

Faltan 1.533 días…

Compartir

Una reflexión acerca de la confesión de Sergio

Sergio dice que no es lo suficientemente bueno para ganar un grande. Una opinión respetable y autorizada con la que, por supuesto, no estoy de acuerdo. Entiendo lo que dice y por qué lo dice. Comprendo que, además, no le falta un punto de razón…

Porque si nos atenemos a los hechos, su confesión parece indiscutible: si uno lleva trece años tratando de ganar un Grande y no lo ha conseguido, da la sensación de que no es, en efecto, lo suficientemente bueno.

Pero se me ocurren algunos matices y apuntes.

Phil Mickelson, por ejemplo, tampoco fue lo suficientemente bueno para ganar un Grande hasta que cumplió los 34 años. Y llevaba en la pomada el mismo tiempo que Sergio, pues, como él, había aterrizado en la élite a edad temprana. Muy pocos son los jugadores que ganan este tipo de torneos casi por castigo siendo veinteañeros. Muy, muy pocos. En general, la victoria en un Grande es el resultado de un proceso, de una evolución que en ocasiones (casi siempre) resulta áspera e ingrata.

Esta catarsis que el propio Sergio ha provocado lo sitúa en un punto concreto y culminante: con lo que tengo, con lo que soy, no me llega para ganar un Grande. Y detrás, de un modo indefectible, las preguntas vienen solas: ¿QUIERO DE VERDAD SER UN GANADOR DE GRANDES? ¿DE VERDAD ME COMPENSA EL DESGASTE QUE SUPONE EL SEGUIR INTENTÁNDOLO, EL BUSCAR LA MANERA DE DARLE LA VUELTA A ESTA SITUACIÓN?

Si la respuesta es NO, nada que objetar. Sergio García está en su derecho de acudir a las grandes citas a luchar por un magnífico quinto puesto. Y tiene el suficiente talento para seguir ganando torneos aquí y allá y terminar de labrarse una carrera descomunal (ya lo es a día de hoy). Lleva razón: el mundo no se acaba en los ‘majors’, por más que así lo crean un puñado de foreros, normalmente gilipollas desocupados por voluntad propia.

Pero si la respuesta es SÍ… Entonces, algo tiene que cambiar, que añadir, que apartar, que cuidar.  Muy cerquita suyo, por la amistad que le une a él, tiene a Luke Donald, que no ha ganado ningún Grande, pero que cada mañana responde SÍ.