Inicio Blogs David Durán Es la hermana pequeña, pero no es ni tonta ni fea

Es la hermana pequeña, pero no es ni tonta ni fea

Compartir
Hideki Matsuyama. © Golffile | Fran Caffrey
Hideki Matsuyama. © Golffile | Fran Caffrey

– La Eurasia Cup es la hermana pequeña, pero no es ni la tonta ni la fea. Mucho menos en la presente edición, la tercera, que comienza este viernes, en la que la mitad de los jugadores de ambos equipos, 12 de los 24, llegan a la cita dentro del top-50 del mundo (diez europeos y dos asiáticos, Ikeda y Apihbarnrat), y 19 de los 24 en el top-100. El listón está alto, especialmente en el equipo europeo, con 6 de sus 12 representantes dentro del top-20 mundial (Stenson, Casey, Hatton, Fleetwood, Noren y Cabrera Bello).

– Europa, evidentemente, tiene más y mejor banquillo para cubrir las ausencias de sus primeros espadas (McIlroy, Sergio, Rahm y Rose) y en la formación de Asia sólo echamos en falta realmente al japones Hideki Matsuyama y al coreano Siwoo Kim, lo que no es poco, sobre todo en el caso del nipón, que debería ser el estandarte de este equipo.

Phachara Kohngwatmai.
Phachara Kohngwatmai.

– A cambio, el evento nos permitirá observar aún más de cerca a una de las últimas sensaciones del golf mundial, el tailandés Phachara Kohngwatmai, que sólo tiene 18 años y ya es 159 del mundo, además de ser miembro de pleno derecho del circuito europeo, estatus bien ganado la pasada temporada.

– La Eurasia Cup, mucho ojo, reparte cerca de cinco millones de dólares en premios: 300.000 para cada uno de los jugadores del equipo ganador y 100.000 para los del perdedor. En este sentido nada tiene que ver con la Ryder, donde no hay metálico por medio, ni con la Presidents, cuyos ingresos van destinados a obras sociales y de caridad.

Bjorn tiene el mejor equipo de la historia en la EurAsia Cup

– Una reflexión: el futuro de esta competición pasa, sobre todo, por el compromiso de las estrellas asiáticas, de igual manera que en la historia de la Ryder resultó de vital importancia el concurso de las emergentes estrellas continentales, comenzando por Seve, por supuesto. De poco sirve que el nivel del golf asiático crezca (lo está haciendo, y mucho) si luego no van los dos mejores, con el ranking mundial en la mano. ¿Se puede convencer a Matsuyama, por ejemplo, para que acuda? Es muy complicado, pero todos los esfuerzos de la organización y del equipo asiático deberían ir por ahí, comenzando quizá por la ascendencia que el capitán pueda tener sobre el joven nipón. Esta debiera ser la principal tarea a partir de ya mismo, con año y medio por delante de duro trabajo…