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La interpretación del ruido en el Open (sólo para frikis)

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La interpretación del lenguaje de los aplausos y las exclamaciones es un curioso divertimento, sobre todo en el Open Championship, donde los aficionados, por norma general, son maestros de las valoraciones. Ni un aplauso de más, ni un ‘oooooh’  o un ‘uuuyyy’ de menos. Se trata de adivinar el resultado de un golpe según los sonidos que provoca. El lenguaje del ruido del golf. Hay diversas variantes: los tiros desde el tee, que a veces arrancan algunos aplausos de entrada, además de los que valoran el resultado final del disparo; y el resto de los tiros, que normalmente sólo recogen el veredicto sonoro final. Ahora nos vamos a quedar con los primeros, los del tee.

EN DIRECTO: Tercera jornada del Open Championship

Esta semana, además, la puerta de la gran carpa de prensa se encuentra a escasos sesenta metros del tee del 1, pero sin posibilidad de ver el golpe de salida de ninguna de las maneras. Así que es interesante apostarse allí de tanto en tanto y elucubrar. Presentan al jugador, suenan los aplausos de rigor y cortesía en mayor o menor medida, según de quién se trate, aguardas unos segundos… Y pueden darse multitud de reacciones. Apuntamos aquí algunas:

Aplausos, primero de cortesía, que van ‘in crescendo’. Bola en calle.

Aplausos que van ‘in crescendo’ e incorporan exclamaciones o silbidos en su cola final. Bola en calle, pero especialmente buena o larga.

Aplausos, primero de cortesía, que inmediatamente descienden de intensidad, aunque no abruptamente. Bola en el rough, pero no especialmente mala.

Aplausos muy tímidos de cortesía, que enseguida tornan en exclamaciones de vértigo, murmullos… Bola muy mala con posible tragedia incorporada.

Aplausos muy tímidos de cortesía que enseguida tornan en silencio sepulcral. Bola muy mala con posible tragedia incorporada, igual que la anterior, pero con el matiz de que además quien ha pegado es alguien especialmente querido o respetado.

La prueba definitiva que demuestra el caos de las predicciones

Estos últimos días he realizado varias pruebas desde la puerta de la carpa de prensa y el grado de acierto ha sido portentoso, aunque esté mal que sea yo quien lo diga. Esta mañana, por ejemplo, la salida larga, profunda y al centro de la calle de Sergio la he clavado. Así que, animados por la infalibilidad de mi interpretación de los sonidos, hemos decidido realizar una prueba documental en vivo, aprovechando la salida de Jon Rahm. El resultado ha sido, para qué poner paños calientes, lamentable. Las cosas del directo. Pero como quiera que la bola del español, al fin y al cabo, estaba en el centro de la calle, bienvenido sea el error (aunque escueza).

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