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Otra manera de verlo

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Este lunes se han concentrado en el Tradition course del Cypresswood Golf Club, un campo situado en Spring, Texas, al  norte de Houston, cerca de doscientos profesionales para luchar en una previa clasificatoria por cuatro plazas en el Shell Houston Open, torneo del PGA Tour previo al Masters que comienza el próximo jueves. La ley de la selva: juegas como los ángeles, firmas un 65… Y ni siquiera estás cerca de meterte.

Qué decir, entonces, del 67 que ha firmado un tal Scott Hend (actual número 74 del mundo), del 69 de Brett Wetterich (jugador Ryder en 2006) o del 71 de Y. E Yang (ganador de un grande, el único jugador que hizo morder el polvo a Tiger cuando salía de líder el domingo en un major). Allí está también Andrés Romero, El Pigu, jugador argentino de talento mayúsculo que anduvo luchando hasta el hoyo 72 por el British de Carnoustie 2007, y que el año siguiente, 2008, terminaba el Masters en octava posición…

Allí, en semejante field de colmillo retorcido, están Pep Anglés y Samuel del Val, que en el momento de editar este blog aún no habían acabado su ronda, LA RONDA, porque todo te lo juegas en 18 hoyos…

Una semana antes, en otros tres campos texanos, alrededor de trescientos profesionales ya habían luchado en una previa de la previa por las cuarenta plazas que se repartían entonces para poder estar precisamente este lunes en Cypresswood…

Esto es lo que hay. Por eso hay que apreciar con lento y sensual paladeo la presencia de Jon Rahm, siquiera en unos octavos de final de un campeonato del mundo match play. No digamos en una final.

De acuerdo, a todo se acostumbra uno, y somos tan necios que hasta llegaremos a torcer el gesto cuando Rahm se pase uno o dos meses sin luchar por un triunfo (cuánto sabe Sergio de esto). Así que no viene mal de tanto en tanto una miradita a esos campos de Texas, con jugadorazos de toda edad y condición luchando por una oportunidad.

No demos nada por hecho y seamos de verdad conscientes de la magnitud del logro de Jon. Quizá no volvamos a ver a un español en una final del WGC Match Play en los próximos quince años. Ojalá no sea así, pero no hay que descartarlo.