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Sergio, el putter y una sonrisa maliciosa

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Gary Matthews, caddie de Sergio esta semana, limpia el driver después de un putt.
Gary Matthews, caddie de Sergio esta semana, limpia el driver después de un putt.

Cuántas veces hemos destacado y valorado aquí, en Tengolf, el estado de serena concentración con el que se ha visto a Sergio García en el campo durante los últimos meses, años habría que decir. Ni el más flagrante de los errores parecía afectarle demasiado, no al menos lo suficiente como para sacarlo de la burbuja.

Ayer, sin embargo, descargaba la frustración en su putter, que terminaba averiado en la bolsa. El episodio me parece puntual y nada grave. Insisto: el hecho es desafortunado, puntual y nada grave.

Voy aún más lejos y ruego que no se malinterprete esta reflexión, porque no se trata de justificar a nadie, así como tampoco el error de Sergio merece entrar en mayores moralinas fariseas. Voy aún más lejos, decía, porque la reacción de Sergio nos muestra también a un jugador que por fin se ha picado: es hora de pasar la página de la complacencia; es hora de sacar a pasear al campeón del Masters.

Seguro que escacharrar un putter no es la mejor manera de demostrar nada, estamos todos de acuerdo (lo sé de buena tinta: son más de uno, de dos y de tres los palos que he desgraciado y aún me avergüenzo por ello), pero puedo reconocer, y reconozco, que en las actuales circunstancias se me resbalaba de la boca una disimulada y maliciosa sonrisa ante el suceso y a la vista de un Sergio inconformista…