Inicio Blogs David Durán Tiger y la ausencia de dolor

Tiger y la ausencia de dolor

Compartir
Tiger Woods. © Golffile | Fran Caffrey
Tiger Woods. © Golffile | Fran Caffrey

Dicho de un modo directo y al mentón: Tiger Woods nunca va a poder entrenarse con la intensidad de antaño (su espalda, con toda probabilidad, no le dejaría) y la clave de su deseado regreso victorioso pasa precisamente por la gestión de esta encrucijada.

No es la primera vez que Tiger asegura aliviado que al fin puede jugar sin sentir dolor. Hace doce meses, sin ir más lejos, sus palabras casi fueron clavadas… Y ha habido unas cuantas más ocasiones. Así pues, entendemos que si él es capaz de mantener a raya las prisas, el deseo, y de escuchar cualquier señal que su cuerpo le envíe, por pequeña que sea (o mejor dicho: sobre todo las pequeñas), entonces quizá pueda prolongar de verdad en el tiempo su enésimo retorno a la máxima competición y, desde ahí, aspirar a hacer valer su inconmensurable talento y la experiencia.

No estamos hablando de años; es probable que a él le valga con unos cuantos meses trabajando y compitiendo sin dolor para ponerse de nuevo un domingo mirando al triunfo… Después, por supuesto, al margen de una prevención exhaustiva y milimétrica, hace falta que su cuerpo responda.

En este sentido no descubrimos nada nuevo si decimos que la confección de un calendario adecuado se antoja fundamental. Como también lo será el hecho de que Woods encuentre el gozo en el proceso y no sufra más de la cuenta si llegan algunos reveses en los primeros envites serios, porque el Hero World Challenge no deja de ser una espléndida y excelente reunión de espléndidos y excelentes jugadores en un lugar espléndido y excelente, que poco tiene que ver con los avatares y las exigencias de un torneo puro y duro. Es una muestra válida (los birdies son los birdies), pero no concluyente.