Es una dirección de St. Andrews. El número 6 de Pilmour Links. En esta casa vivió Old Tom Morris durante más de cuarenta años, desde 1866 a 1908, año de su muerte. Desde esta casa, que por detrás y en línea recta se encuentra enfrente del valle del pecado del hoyo 18 del Old course, salieron en innumerables ocasiones a jugar padre e hijo (Tommy Morris, o Young Tom Morris, como prefieran), normalmente a las seis de la mañana cuando era verano, tal y como explica deliciosamente Kevin Cook en su obra ‘Tommy’s Honour’. En esta casa murió Tommy en la Navidad de 1875, apenas tres meses después de que fallecieran su mujer y su primer hijo tras el parto… Tenía 24 años y cuatro British Open a sus espaldas. Su nombre es el primero que aparece grabado en la Jarra de Clarete, pues fue él quien primero la ganó (1872) y hay quien piensa (pura subjetividad, eso sí) que podía haber sumado tranquilamente hasta diez victorias…
Durante los últimos cinco años de su vida, una vez que se jubiló de su ocupación en el Old course (Keeper of the Green), el Viejo Morris también salía muchos días por aquí para ocupar su esquina junto a la carretera del 17, desde donde veía pasar los partidos sentado en una silla. Veía pasar los partidos (amigos, paisanos) y los recuerdos, infinitos, que en ocasiones seguro incluirían algún reproche técnico: nunca fue capaz de ganar el British en el Old course. Tampoco su hijo, que sólo pudo jugar una edición en este campo y acabó tercero…
El 23 de septiembre de 1868 se produjo un hecho que seguramente no se repetirá jamás. Hijo y padre encabezaron la clasificación final del British Open en Prestwick. Imaginamos la escena de un aperitivo casero en esta casa, la de los Morris, (¿se llevan los aperitivos en Escocia?), una vez hubieron regresado en tren desde Prestwick al día siguiente.
-Apura el guisqui, niño, que nos vamos ahí fuera a jugar la revancha…
-Tú mismo, daddy.
