La verdad es que no hay mejor sección que ésta, 'El Arreglapiques', para escribir sobre lo que vamos a escribir. ¿Qué ha pasado con los modales de muchos aficionados?…
Los greenes de todos los campos, clubes, son 'masacrados' a diario por cientos o miles de esforzados aficionados que ven en ellos, desde todas las distancias, el maná de un gran resultado. Es de ley. Así debe de ser. Cuantos más greenes cojamos, mejor. Sin piedad y a por ellos… Pero luego hay que arreglar los piques, señores y señoras, hay que arreglar los piques.
Co un poco de práctica la operación de arreglar un pique no pasa de los diez segundos. Quizá menos. ¿Tanto cuesta? Este texto no trata de moralizar, antes bien, tira con bala: habrá quienes opinen libremente que los piques no son cosa de ellos; bien, aquí opinamos, libremente también, que esta clase de aficionados son verdaderamente lamentables…
No olvidemos que al dejar de arreglar ese boquete en los greenes que deja nuestra bola no estamos haciendo un flaco favor al greenkeeper del campo ni a su equipo de mantenimiento (que también…), sino más bien al jugador que viene detrás. suele decirse que el cliente, porque paga, siempre tiene razón. No siempre es así. En golf, arreglar un pique es una acción que casi forma parte de las reglas del juego, aunque no se sancione su omisión.
Es algo más que una regla de cortesía, porque puede influir directamente en el resultado de otros aficionados. Seamos un poquito más solidarios: 'destrocemos' los greene con maravillosos tirazos que van a las nubes y caen muertos en esas alfombras naturales (el que pueda)… Pero restañemos las heridas.
