El segundo aspecto a considerar en la clasificación final del Orden del Mérito 2007, que prometíamos en el anterior comentario, se refiere a la manera en la que Justin Rose se ha hecho con el preciado Vardon Trophy…
Vaya por delante que no discutimos en absoluto la legitimidad de dicho premio, máxime dada la brillantez con la que Rose cerró la temporada en Valderrama. Pero si nos paramos a ver sus actuaciones antes del Volvo Masters, que le habían puesto en condiciones de optar a la victoria que al final lograría, nos encontramos con que Rose había disputado sólo los 11 eventos necesarios para calificar -6 de los cuales compartidos con la PGA americana, Torneos “grandes” y del WGC World Championship- y únicamente tres campeonatos exclusivos del Tour en suelo europeo obteniendo una victoria, en el Masters australiano a final del 2006. Es decir: 11 eventos de 53 y una sola victoria.
Está claro que no se puede decir que sea un jugador habitual del Tour Europeo el que ha terminado ganando. Si se entiende el Vardon Trophy como el premio para el jugador más regular del año, está claro que algo cruje. ¿Dónde quedan temporadas de múltiples victorias, dominando el panorama, de los ‘Ballesteros’, ‘Montgomerys’ y tantos otros?
Pero también se pueden ver las cosas desde otro ángulo. Estos resultados reflejan que Rose obtuvo sus euros en los campeonatos de más fuste, en competencia con los primeras espadas de la PGA, lo que dice mucho de su nivel.
¿Qué es mejor, premiar apariciones estelares con cuentagotas, o la regularidad de los mediocres? ¿Se trata, como Gerardo Riquelme apuntaba en esta misma página, de dar trabajo a los 200 o 300 miembros del Tour, o de competir con cierto éxito con la arrolladora PGA? Monty criticaba la semana pasada a los jugadores que prefirieron Singapur a Valderrama, diciendo que el Orden del Mérito Europeo es como la Premier League de fútbol.
No parece que la comparación sea afortunada si se refiere a la cuestión económica, siendo la liga inglesa la que maneja las cifras más mareantes a nivel mundial. Pero posiblemente sí pueda serlo en un aspecto en el que el escocés quizá no pensaba: sólo abriéndose al exterior –futbolistas, entrenadores, estilo de juego, inversores multimillonarios…- ha conseguido la Premier situarse al nivel o superar a las otras grandes ligas europeas. ¿Lo conseguirá el Tour Europeo con su huida hacia fuera?
