Inicio Blogs El Arreglapiques Nacionalidad Golf (y II)

Nacionalidad Golf (y II)

Compartir

Les había prometido en la anterior 'entrega' una historia ciertamente sorprendente acerca de esos maravillosos 'desconocidos' que te tocan en un campo de golf. En esta ocasión me adjudicaron un australiano de compañero de partido… 

Creo recordar que era un día madrileño de agosto, por lo que el campo estaba casi vacío y nosotros jugábamos prácticamente solos.  Roto el hielo rápidamente, me contó que estaba comenzando sus vacaciones por Europa, que se había traído el juego de palos y que pensaba aprovechar para jugar siempre que pudiera, en cada ciudad que visitara, mientras su mujer –no golfista- iba de compras. 

 Este fanático del golf era, por otro lado, un cateto importante; nunca había salido de Australia hasta el momento, y se notaba.  Algunas cosas que decía te hacían pensar que tampoco había salido nunca de su pueblo.  Lo más impresionante fue cuando, mientras trataba de decidir el palo adecuado para un golpe, mirando las estacas de 150 metros y la tarjeta con las reglas locales me comentó, como sorprendido, que estaban en inglés.  Yo, la verdad, no sabía qué quería decir, ya que la tarjeta estaba en castellano… de pronto pensé que se refería a las unidades de medición, puesto que en el mundo anglosajón se miden las distancias en yardas.  Cuando le dije que lo indicado eran metros –y por lo tanto debía añadir un 10% aproximadamente para convertirlos a yardas- me lo agradeció, pero dijo que no era eso: lo que le llamaba la atención era que los números –el 150 en la barra- estuvieran en inglés. Se creía que los números arábigos a los que estaba acostumbrado “estaban en inglés” y que en otras lenguas tendrían otros caracteres. 

Bueno, pues con semejante espécimen pasé una tarde estupenda ya que, hablando de golf y jugando, era como si nos conociéramos de toda la vida. La verdad es que existe una manera de ver las cosas y de actuar en el campo que une a los verdaderos golfistas a pesar de orígenes e idiomas distintos.  

A menudo pienso que me encuentro mucho más extraño entre mis compatriotas españoles fuera del campo que con mis compatriotas golfistas dentro de él.