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Privilegio de dioses

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Una semana de golf en Escocia da para mucho. Una semana de golf en Escocia sin agua, entre llevaderas ráfagas de viento, y hasta con sol, es casi un privilegio divino…

Esa es la suerte que ha corrido buena parte de la redacción de Tengolf, que aprovechando la disputa del Open Championship se desplazó desde Sandwich hacia el norte para, en la compañía de cónyuges y excelentes amigos, asentarse en Gullane (East Lothian, Escocia, a escasos 30 kilómetros al Este de Edimburgo), sin duda uno de los destinos de golf más agradecidos e impresionantes del planeta.

Si Gullane puede y debe ser conocida mundialmente es por Muirfield, legendario recorrido escocés y un fijo en la rotación del Open Championship, que se encuentra a escasos 800 metros del centro de la pequeña villa. El Viejo Tom Morris fue su diseñador y el campo abrió sus puertas en 1891, aunque hay que significar que fue el rediseño del gran Harry Colt, en 1923, el que dio al recorrido su singularísimo aspecto: nueve hoyos que transcurren por el borde de la finca en el sentido de las agujas del reloj, y otros nueve que quedan enmarcados dentro de los primeros nueve, y que van girando en el sentido opuesto al de las agujas del reloj.

Ha acogido 15 Open Championship desde su 'debut' en 1892 (la última vez en 2002) y 11 British Amateurs Championship (Sergio García, por ejemplo, lo ganó aquí en 1998). En 2013 será sede de nuevo del Open.

Pero Gullane no es sólo Murfield… Al fin y al cabo no todos los amateurs pueden seguramente permitirse jugar en este mítico recorrido (cuesta 190 libras jugar 18 hoyos y 250 si completas dos vueltas, que es evidentemente lo que hacen el noventa por ciento de los visitantes que consiguen sacar su tee time el martes o el jueves, los dos días de la semana que está abierto al público).

Decíamos que Gullane no es sólo Murfield. Y decíamos bien. Hay tres campos de 18 hoyos pegados al pueblo. Tres links fantásticos. Gullane 1, Gullane 2 y Gullane 3. Así, sin más historias.

El más 'nuevo' y corto de todos ellos es Gullane 3, cuya apertura data, nada menos, de 1910. Los tres son asequibles al bolsillo (el más caro es Gullane 1, un campazo abierto en 1882, que cuesta 90 libras, y los otros dos son realmente baratos: puedes jugar 36 hoyos en el día por menos de 60 libras). Los tres son sencillamente maravillosos en su diseño. Contienen toda la cruda belleza de los links. Destilan la misma esencia del golf.

Además, hay otros muchos campos en un radio no superior a los quince kilómetros. Links o no, con precios y diseños a escoger. Un paraíso.

Pero más allá de las posibilidades físicas, geográficas y tangibles que ofrece Gullane y sus alrededores, quizá lo más gratificante (y envidiable) sea una vez más esa profunda naturalidad con la que se vive el golf. Los tres campos del pueblo arrancan del mismo pueblo. Junto a la vieja casa club, hoy un pub-restaurante muy recomendable, se sitúa la vetusta iglesia. Y al pie de la misma encontramos un pequeño recorrido de golf para niños. La cantera. La guardería del golf. Seis hoyitos en los que los adultos sólo pueden ir acompañando.

Sin verjas ni muros que escondan nada. Es más, la carretera que conecta Gullane con Edimburgo hacia el Oeste atraviesa los recorridos 1 y 2 sin artificios de ningún tipo. No hay puentes ni túneles. Digamos que usted termina de patear en el green del hoyo 3 de Gullane 3 y, sin más, avanza sólo unos metros y debe cruzar a la vieja usanza la carretera: vista a la derecha y a la izquierda y un ligero trote cochinero para cruzar y plantarse en el tee del 4.

El golf en la raíz misma del pueblo: fue aquí donde unos granjeros se constituyeron en club de golf en la segunda mitad del XIX…

Posdata final para los que se planteen ya hacer algunos números: una casa de corte clásico, bien remozada y con todas las comodidades, con tres habitaciones dobles y dos baños, bellísima, puesta con enorme gusto y un amplio jardín, a tres minutos a pie del tee del hoyo 1 de Gullane 1, ha costado menos de 170 libras por cabeza (6 personas)… Es decir, menos de 25 libras la noche por cabeza.