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SERENO KAYMER

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Kaymer carga con su bolsa en Valderrama

Este Martin Kaymer que acaba de ganar en Abu Dhabi es un tipo especial. Cae bien. Transmite buenas vibraciones y, sin aspavientos, desplantes ni cosas raras, tiene carisma…

Primero, claro, por su evidente progresión como jugador de golf, pura y llanamante. Contaba Nacho Gervás durante la retransmisión de Golf Plus que sus compañeros le llaman cariñosamente 'Enpalator" por su manera de pegar a la bola. Es evidente que tiene un don en el swing: es sólido y fiable. Tenía (y aún tiene) que demostrar ese equilibrio entre la técnica, la mente y las emociones que separa a los niños de los hombres en cualquier deporte, más si cabe en golf. Este fin de semana ha dado un paso importante en este sentido.

Pero llama de igual modo o más la atención la percepción que se tiene de él en el circuito: es un tipo normal, sencillo, humilde, trabajador, educado… Sus gestos hablan también por si solos. Lo ves andar por el campo y te das cuenta de que no trata de atraer los focos por nada que no sea su juego. Contenido ante los errores, tímidamente efusivo en los aciertos… Es el yerno que cualquier madre quiere tener. Hay dos tipos de ídolos deportivos. Unos, inmensos en su juego y 'excesivos' en todo lo demás (McEnroe, Maradona…); otros, inmensos en su juego y serenos más allá (Federer, Zidane…). Cada cual elige o se identifica con quien le viene en gana. A mi, a la larga, me gustan más los segundos, aunque reconozca lo necesarios y espectaculares en todos los sentidos que son los primeros.

En la pasada edición del Volvo Masters (menudo 66 que se hizo el sábado en Valderrama…) captamos un gesto atípico y simpático de este joven jugador. Es evidente que su caddie no debía haber llegado. Pero ahí estaba Martin, cargando una bolsa sobre su espalda en la ronda de prácticas del miércoles. Una bolsa, eso sí, algo más ligera de la habitual entre los profesionales. ¿Qué les parece?

Lo mejor de todo es que no lo hacía por llamar la atención, sino más bien para pasar desapercibido. Anda que no habría gente dispuesto a hacerle de caddie por un día… También era un reflejo más de su insultante juventud, por supuesto. ¿No les gustaría verlo en el equipo de la Ryder? A mi sí.