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Las claves del ‘backspin’ y alguna leyenda urbana

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A mongoose guards the ball of Joost Luiten (NED) during Round One of the 2016 Nedbank Golf Challenge hosted by Gary Player, played at the Gary Player Country Club, Sun City, Pilenesburg, South Africa. 10/11/2016. Picture: David Lloyd | Golffile.

“La firma de un gran jugador”, lo llaman. Son muchos los aficionados que suspiran por conseguir que, un día y después de pegar un golpe con uno de sus wedges, su bola bote en green y vuelva rodando al menos un par de metros. Es algo que vemos con cotidianidad en los mejores torneos del mundo, incluso en ocasiones como un problema; la bola bota en bandera y se puede incluso salir de green con violencia. ¿Por qué los buenos jugadores lo consiguen y prácticamente ningún hándicap 20 lo logra? ¿Es necesario “sacar más chuleta” o pegarle más “bola-suelo”, como dicen?

Para empezar, es necesario comprender que todos los golpes tienen ya backspin. Si el contacto entre la cara del palo y la bola es mínimamente decente, la bola saldrá despedida con efecto hacia atrás. ¿Suficiente como para ver la bola rodando hacia atrás en el green? Pues depende del número de revoluciones por minuto generadas, claro. Estos son varios de los principales factores que influencian ese número:

Calidad del Impacto. Si el jugador pega al suelo antes que a la bola, la fricción entre la cara del palo y ésta se reducen, siendo imposible para la bola alcanzar un número significativo de revoluciones por minuto. Esta es la razón, como ya vimos en su día, por la que es importante pegar a la bola hacia abajo: primero bola y luego suelo, en definitiva, para asegurarse un impacto sólido.

Velocidad. ¿Se han fijado en que muchos jugadores generan backspin desde 100 metros, pero no tanto desde 15 o 20? Esto es debido a que uno de los requisitos para generar un número alto de revoluciones por minuto es una alta velocidad de la cabeza del palo en el momento del impacto. ¿Puede un jugador de 60 años y con una velocidad de swing baja ver su bola rodar 5 metros hacia atrás? Muy difícilmente. Para que se hagan una idea: la velocidad media de un jugador del PGA Tour con un Pitching Wedge es de 83 millas por hora. Muchos amateurs, especialmente seniors, no llegan a esa cifra ni con su driver.

Fricción. Este factor está evidentemente relacionado con la calidad del impacto, que veíamos antes. Imagínenlo como pegar un golpe normal con su wedge y luego pegar otro similar, pero con una sustancia mínimamente pegajosa o viscosa en la cara del palo. ¿Cuál tendrá más backspin? Pues sí, el segundo. ¿Alguna vez ha pegado un golpe desde el bunker y ha generado algo más de backspin de lo habitual? Exacto, la arena es un factor de fricción importante, es decir, hace que la bola se pegue un poco más a la cara del palo y ayuda en ese número de revoluciones. Otro factor importante que puede aumentar la fricción es el tipo de bola usado: las mejores tienen componentes en sus cubiertas que ayudan, a diferencia de las de prácticas. Hasta la clorofila de las plantas aumenta la fricción, aunque no es algo que tengamos en cuenta en el día a día.

Calidad de los greenes. ¿Recuerdan cualquier US Open? Pues bien, no creo que vieran muchas bolas volver con violencia hacia atrás. Si el terreno está muy duro y seco, es imposible. Si los greenes están terroríficamente lentos puede que la bola vuelva menos también, aunque en ese caso porque se frena mucho al rodar en una hierba alta.

Spin Loft.

Hay otros factores como en qué parte de la cara del palo se impacta a la bola primero, las estrías de la cara del palo o que la calle, desde donde se pega el golpe, esté seca en vez de húmeda, pero si existe un factor fundamental a la hora de general un backspin alto ese es el spin loft. Fredrick Tuxen, fundador de Trackman, dijo un día que el spin loft era “todo” en el impacto. Y aunque otro día abordaremos muchas de sus implicaciones, hoy nos vamos a centrar solo en una.

He aquí una definición muy sencilla, aunque inexacta, de spin loft: la diferencia entre el loft dinámico y el ángulo de ataque. Es inexacta porque el spin loft, al igual que cualquier cosa, funciona en realidad en tres dimensiones, pero su valor es muy similar al que indica esta definición, que además es más sencilla de visualizar. Pues he aquí una de sus implicaciones bien importante: en general cuanto mayor sea el spin loft, mayor será el spin generado. Imagínese que usted le pega al pitching wedge, que tiene unos 46 grados de loft normalmente, con un ángulo de 40 grados a la bola en el momento del impacto, en un ángulo descendente de 3 grados negativos. Pues su spin loft sería: 40-(-3)= 43 grados.

Y he aquí cuando volvemos al título: ¿por qué si le pego más “bola-suelo” no aumenta necesariamente el backspin? Pues porque al pegarle más “bola-suelo”, normalmente, también se reduce el loft dinámico: las manos tienen que ir aún más por delante de la cabeza del palo cuando se impacta a la bola. He aquí otro ejemplo con el pitching wedge: 35 grados de loft dinámico y 5 grados negativos de ángulo de ataque serían: 35-(-5)= 40 grados de spin loft, o lo que es igual, un número menor de revoluciones por minuto que en el caso anterior. Moraleja: no busquen sacar más chuleta o “pegar abajo” para ver su bola parar en seco en green.

*Enrique Soto es profesional de la PGA Británica y su cuenta de twitter es @esoto