Por Juan Carlos Martínez, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Tengo que empezar por hacer una advertencia: las recetas universales no son buenas. Dicho esto, sí que hay unas recomendaciones básicas que pueden servir de ayuda al golfista aficionado para encontrarse mejor y aumentar su rendimiento:
1.- Si quiere tener una buena preparación física, lo primero que debe hacer es pasar por una valoración. No puedo entender que un amateur se diseñe un trabajo físico específico sin dar antes este paso. Se trata de un estudio en el que incluya un electro, una prueba de esfuerzo y revisiones puntuales para sacar el máximo partido a las cualidades necesarias propias de este deporte. También es necesario para prevenir patologías y para tener la seguridad de que estamos en condiciones de realizar este deporte. En esta primera fase, tenemos que llevar también un control del peso ideal.
2.- Una vez hemos comprobado que somos aptos para hacer este deporte y lo que necesitamos para fortalecer y mejorar nuestro físico, debemos hacer un trabajo específico para el golf. Recomiendo, casi por encima de todo, un fortalecimiento del tren inferior. Después, será muy importante trabajar la flexibilidad y la movilidad articular y de cintura. Por último, también trabajaremos el tren superior.
3.- Hay muchos amateurs que se saltan esta tercera parte y que yo considero muy importante: la resistencia. Debemos tener en cuenta que cuando jugamos al golf estamos mucho tiempo andando y cuando estamos en el campo de prácticas golpeamos muchas bolas. Por tanto, una cualidad importante en un golfista será tener una buena capacidad aeróbica para aguantar sin desfallecer. Así evitaremos que los tres o cuatro últimos hoyos de cada recorrido se nos hagan cuesta arriba y que prefiramos dejar para otro día esa última ficha para sacar bolas que tenemos en el bolsillo…
Pd: Si después, el aficionado puede realizar un trabajo de propiocepción, sería fantástico. Pero eso, lo explicaremos otro día.
