Por Raúl Quirós, profesional con experiencia en el Challenge Tour, el Peugeot Tour y algunos torneos del Circuito Europeo
Hay muchos aficionados que temen más que a una vara verde un golpe desde el rough. Los campos juegan con él para hacer más difícil el juego, pero muchas veces el problema está en la forma de encarar estos golpes …
He visto a muchos amateurs en los Pro-Am agarrar sin ningún tipo de complejo un hierro 3 o una madera 5 para sacar la bola de la hierba alta. Lo hacen cuando tienen ante sí golpes de 150 ó 160 metros hasta el green, ya que piensan que así podrán hacer más distancia. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta. Lo habitual con esos palos es que se enganchen en la hierba y la pelota haga muy pocos metros. De hecho, muchas veces ni siquiera conseguimos sacarla del rough, con lo que repetimos el martirio. Lo mejor en estos casos es coger un palo más corto: un hierro 7 o un hierro 8 y hacer un swing más vertical y más directo sobre la bola. De esta forma, podríamos hacer sin problemas 100 metros o algo más.
Es muy importante ser humildes y saber hasta dónde podemos llegar. En este tipo de situaciones: green a 150 metros y la bola en rough alto, hay que renunciar a ir al green.
Para hacer un swing más vertical hay que acercarse un poco más a la bola, pero muy poco, una chispa, y realizar un impacto más profundo de arriba a abajo.
Muchos amateurs están convencidos de que cuando golpean una bola en el rough siempre se cierra la cara del palo y hay que tenerlo en cuenta a la hora de la dirección. Sin embargo, que se cierre el palo o no depende de la hierba. Si te encuentra una como la del British Open, muy débil, no se cierra el palo. Eso se nota en cuanto metes del palo.
Si al hacer un swing de prácticas, ves que cortas con facilidad hierbitas, es que estás ante un rough débil. Si por el contrario, notas que se agarra mucho el palo y que lo retiene, entonces sí debes tener en cuenta que la cara del palo se puede cerrar. En ese caso, debes mantener las muñecas más rígidas y renunciar completamente a hacer distancia. Hay que limitarse a sacarla de allí. A no ser, claro, que seas Tiger Woods.
