Por Javier Pinedo,
Narrador de Golf +
La disputa del Abierto de Francia esta semana puede marcar un antes y un después en el circuito europeo. Digo esto porque las informaciones de las que dispongo son que los organizadores, y no única y exclusivamente del torneo galo, empiezan a estar bastante cansados de los caprichos de los jugadores, lo que puede poner bastante en peligro la situación actual del circuito, por cierto ya algo tocada …
Me explico: el Abierto de Francia, junto al de España, es uno de los más veteranos del circuito europeo. Ha emprendido una política desde hace algunos años de revitalizarse y sobre todo de intentar preservar los intereses de los patrocinadores por encima de todas las cosas. Así, la dotación económica del evento ha ido creciendo paulatinamente hasta crecer a los 4 millones de euros actuales, lo que le convierten en uno de los mejor dotados del circuito.
Pues bien, pese a eso, las grandes figuras del circuito europeo no parecen querer acudir si no reciben una contraprestación a cambio, los famosos fijos de salida. La organización del Open de Francia siempre se ha declarado contraria a eso, prefiriendo, creo que con buen criterio, llevar los premios a niveles jamás vistos en Europa. Pero claro, entre que Francia practica una política severa sobre el dopaje y que no hay fijos, París ha dejado de tener su encanto para las 'estrellitas', que no dejan de ser niños mimados.
Pues creo que puedo anunciar que la dotación del año que viene en el Open de Francia se verá reducida a la mitad, o sea 2 millones de euros. Los otros dos, o más si hicieran falta, se intentarán invertir en traer a Tiger. ¿Quién pierde? Claramente los jugadores europeos y sobre todo el Tour, que tampoco quiere hacer nada por intentar solucionar esta situación…
En Europa cuesta mucho encontrar grandes patrocinadores, pero eso a los jugadores se la trae fresca, ya que ellos quieren más, tienen más apetito que Shrek y que se quemen o no los patrocinadores, no es su problema. A mí me parece que se están empeñando en matar a la gallina de los huevos de oro y creo que como sigan así las cosas, dentro de poco no dará ni para huevos para una mísera tortilla.
