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Preparémonos para la que se avecina

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Por Nacho Bermudo, profesional del Real Club de Golf de Sevilla 

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Ya estamos sintiendo incluso por el sur que las condiciones climáticas están cambiando de manera que raro será el fin de semana que no tengamos que lidiar en el campo de golf con elementos naturales adversos.

Lo primero que tenemos que hacer es preparar la bolsa de manera distinta que solemos hacer en verano. Es necesario que llevemos ropa de abrigo y agua que nos permita desarrollar nuestro swing sin interferencias (ropa técnica); debemos cambiar nuestra gorra o visera habitual por un buen gorro de lana y, dependiendo de la zona en la que nos encontremos, hay que procurarse unas buenas manoplas para ponérnoslas entre golpe y golpe.

Una vez bien pertrechados hay que hacer frente a la climatología adversa. Lo que más suele incomodar al jugador amateur es la lluvia. Es curioso, pero el buen jugador profesional no sufre tanto este elemento ya que tanto el caddie como su propia experiencia ayudan para sentirse casi en las mismas condiciones que en un día normal. Hay algunos  trucos para resguardarse de la lluvia y conseguir salir adelante.

Lo primero es mentalizarse…

Un día de golf con lluvia suele ser muy largo. Tenemos que disponer de un buen traje de agua, un paraguas adecuado, varias toallas y varios guantes. Es imprescindible poner la funda superior a la bolsa y tener extremo cuidado en que NUNCA un palo esté más tiempo del necesario fuera del cobijo del interior de la propia bolsa o del paraguas. Deberemos guardar por lo menos una toalla para poder utilizarla a lo largo del recorrido cuando las demás se vayan empapando y colocar en las varillas del paraguas los guantes que vayamos usando para que se puedan airear y secar en la medida de lo posible, ya que este será de los pocos lugares secos de los que dispondremos. Es evidente que lo más importante es que nuestros grips estén lo más secos posible, por lo que todas las medidas anteriores no servirán para nada si cometemos el error de olvidar un palo bajo la lluvia o que nuestro guante se caiga y se cale.

Para consejos más técnicos cuando jugamos con lluvia hay que referirse a un par de aspectos. Lo primero es que al sentir en el stance que nos estamos mojando tendemos a fallar en nuestra rutina acelerándonos, por lo que el golpe suele ser descontrolado no tanto por la humedad como por nuestra velocidad inadecuada. Si pensamos detenidamente cuánto tiempo tardaría un grip en mojarse lo suficiente como para que se nos escape de las manos veremos que de nada servirá correr en el swing para resguardarnos bajo el paraguas. Dentro de este mismo aspecto está el recortar el movimiento para huir de la sensación de que se nos va a escapar el palo. No viene mal recortar el swing en condiciones de viento para controlar mejor el vuelo de la bola pero en condiciones de lluvia no es aconsejable a menos que el estado de nuestros grips y guantes sea lamentable. Lo segundo es cómo va a actuar la bola en estas condiciones meteorológicas. Está claro que en un día lluvioso la atmósfera estará cargada y el ambiente húmedo por lo que el vuelo de la bola se verá afectado. No es lo mismo jugar en condiciones de calor que con un día húmedo. La bola nos volará mucho menos en un día de lluvia por lo que tendremos que valorar la posibilidad de jugar un palo más dependiendo de la situación.