Por David Durán, redactor del diario Marca
Sergio jugó su primer torneo del año a finales de enero… ¿Se acuerdan de algo? El mundo gira y gira a toda máquina y no mira atrás. Así que pedimos tiempo muerto y repasamos datos…
Lo dicho: reapareció a finales de enero en Qatar. El arranque, diesel: pasó el corte por un par de golpes. Pero luego sólo dos jugadores (Scott y Stenson) fueron mejores que él durante el fin de semana y finalizó séptimo. Inicio más que notable.
Avanzaba la temporada y el español mantenía el tipo (entre los veinte primeros en las dos primeras citas WGC, Accenture y CA), con un borrón en Augusta, un campo que, sencillamente, se le ha atravesado. ("ya lo pillaré…" piensa Sergio).
En mayo ganó el quinto grande, The Players. No comment.
En junio fue cuarto en el Stanford St.Jude y decimoctavo en un Open USA donde hizo una gran faena y le faltó rematar con la espada.
En julio, tras un breve descanso y vuelta a los entrenamientos dio el salto a Europa y fue segundo en el European Open. En el British, de nuevo entre los mejores, tuvo opciones hasta los últimos nueve hoyos. Siempre rondando la presa, entre los buenos, en la pomada… El Sergio que me emociona: con una fe inagotable, con la humildad y la determinación de volver cada semana. No es sencillo. Semejante regularidad en golf resulta monstruosa. Que le pregunten a Immelman, a Els… A Scott.
Así que, lejos de sentirse derrotado por un Royal Birkdale brutal, donde partía como máximo favorito, de nuevo encontró el camino. Su mes de agosto, intachable: segundo en el PGA jugando a un nivel sensacional, mordiendo hasta el último suspiro y cayendo a manos de un señor que flota por esos recorrido de Dios en los 'majors'.
Llegamos a lo ayer… Los fríos datos dicen que fue segundo en el primer torneo de las finales de la FedEx tras caer en un play off en el que embocó un putt de nueve metros para birdie en el primer hoyo… No le valió para ganar. Madre mía, pero ¿qué tiene que hacer este hombre para cantar victoria? Vijay Singh se sacó otro puro de la manga para birdie también y después remataba a lo grande en el segundo hoyo de desempate. Nada que objetar.
Pero después de todo, y puedo jurarles que no es un vago consuelo, me quedo con la reacción de Sergio en el momento en que Singh igualaba ayer su machada en el desempate: tras la sorpresa inicial (cómo no sorprenderse), se reía. El tipo se reía, cómplice con la situación. Mirando a Singh y como diciéndole en broma: "ya te vale, ¿eh?". Aceptaba el reto. Casi diría que le divertía salir a jugar otro hoyo más.
Esta reacción habrá levantado más admiración entre muchos aficionados que el putt de nueve metros, seguro. Es cierto que Sergio y Vijay se llevan muy bien y eso ayuda, pero hay más: es sano luchar sin contemplaciones por los objetivos, pero no hay nada mejor que entender cuanto antes que, en efecto, el éxito y el fracaso son sólo dos farsantes.
