Inicio Blogs Golpe a golpe Días de cine

Días de cine

Compartir
Godzilla.

Con algún que otro retoque, toda competición deportiva es susceptible de ser trasladada a la gran pantalla. El golf no ha sido el deporte mejor tratado en el séptimo arte —aunque hay excepciones honrosas, como la gran Juego de honor del desaparecido Bill Paxton—, pero en cada uno de sus torneos hay mimbres suficientes como para tejer una historia con gancho. Habrá quien me eche en cara, no sin razón, que con el pasado U. S. Open no habría Zeus que montara un metraje decente, pero no se olviden de la capacidad de Aki Kaurismaki o similares para entretener aburriendo… o viceversa.

Por lo general, los dos primeros días de un major suelen ser la típica película de acción o intriga de reparto coral y secundarios con talento, con una estudiada mezcla multicultural entre sus protagonistas. Algunas estrellas se asoman, pero otras permanecen a rebufo, dejando que los “actores de carácter” disfruten de sus minutos de gloria. Ese es el papel que le ha correspondido interpretar de momento a Kevin Kisner en este PGA Championship que se disputa en Quail Hollow, el de actor robaplanos. El estadounidense se ha quedado con las mejores frases de estas dos primeras jornadas en el campo de Carolina del Norte, y a tenor de lo ocurrido hasta ahora bien podría decir aquel “¡Esto marcha!” que Tom Sizemore, el inolvidable sargento Horvath de Salvar al soldado Ryan, tenía como mantra y soltaba a medida que iban superando posiciones enemigas en la epopeya de Steven Spielberg. El único problema es que Horvath acababa agujereado en el puente de Ramelle, en la última y descarnada batalla de aquella película inolvidable, a unos pocos metros de donde poco después caería su amigo y compañero, el capitán Miller interpretado por Tom Hanks.

Kisner tiene al lado a su principal amenaza, según lo visto hasta ahora y sin olvidar lo sucedido la semana pasada ni el resto de la temporada. El japonés Hideki Matsuyama parece capaz de aunar la sensibilidad de Miyazaki, la profundidad de Ozu y la épica poética de Kurosawa con la capacidad destructiva de Godzilla, el icono nipón. Su impresionante racha de juego asusta, y su economía de gestos lo convierte en un rival indescifrable. Solo de vez en cuando se permite dar algún respingo, pero eso no significa que la bola vaya a acabar muy lejos del objetivo. Acompañado por su fiel Daisuke Shindo, sigue empeñado en desviar el foco de la conversación del supuesto duelo entre Spieth y McIlroy y en llevar el primer major masculino a su país.

Jason en Crystal Lake.

Atentos a lo que pueda ocurrir, un buen número de ilustres golfistas —Day, Oosthuizen, Molinari, Fowler…— haciendo las veces de “cuadrilla de los once” o de víctimas propiciatorias si Quail Hollow sigue mostrando su fiereza en las dos jornadas que restan y el torneo termina convirtiéndose en un slasher eliminatorio. De momento, a las primeras de cambio la sede de este PGA Championship ya se ha librado inesperadamente de un buen número de estrellas —García, Mickelson, Rose y Watson, entre otros, han hecho de Drew Barrymore en la primera escena de Scream— y ha dejado a otras muchas —McIlroy, Johnson, Spieth, Rahm— maltrechas y con el único recurso de resucitar en el último momento, cual Jason en Crystal Lake, y dar un buen susto a los ocupantes de la zona alta de la clasificación.

Ya queda poco para que empiece el tercer pase de este PGA Championship y en breve habrá que volver a las butacas. Independientemente de la deriva cinematográfica que tome el torneo me permito darles un pequeño consejo: compren palomitas.