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En segundo plano

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Ha muerto Forges. A estas alturas se han escrito miles de palabras recordando al genial humorista gráfico y dudo que pueda aportar gran cosa. Los panegíricos se me dan regular, lo confieso, y si eludo el repaso biográfico y me centro en las sensaciones que me ha transmitido a lo largo de mi vida me quedaré inevitablemente corto. Me ha acompañado con su tino y bonhomía, me ha hecho reír y pensar, me ha ofrecido asideros cuando el mundo era cruel o incomprensible. Solo por eso se merece mi agradecimiento eterno (huelga decir que este adjetivo es retórico).

El amateur de a pie se veía reconocido de inmediato, porque Forges, como él, era un gran aficionado al golf

Además de ser certero en sus disecciones dibujadas, a Forges se le adivinaba un fondo de armario ingente. Ahí están sus obras centradas en la historia de España y el mundo, por ejemplo, un compendio de saber barnizado de humor, pero también las referencias concretas a temas variopintos con los que solía trufar sus viñetas. Forges iba más allá de la referencia cultureta facilona y no utilizaba su conocimiento para hacer alarde vano, sino para guiñar un ojo a los especialistas y abrir la puerta al profano. De ahí que en su momento me llamaran la atención las viñetas que dedicaba de tarde en tarde al golf: Forges demostraba que conocía los intríngulis de este deporte, pero no se ponía puñetero ni empalagoso al abordarlo. El amateur de a pie se veía reconocido de inmediato, porque Forges, como él, era un gran aficionado al golf, aunque se prodigara poco y considerara modesta su habilidad.

Como suele suceder, el golf ocupaba un discreto segundo plano en su vida, normal en alguien cuya principal actividad, el humor gráfico, monopolizaba su fachada pública pese a su vocación polifacética. No es de extrañar, por tanto, que esta afición haya pasado más o menos desapercibida, pero tampoco debemos ponernos a la defensiva los seguidores de este deporte, porque hoy hay mil cosas más importantes de las que hablar y que recordar de Forges.

La relación de Forges con el golf es un buen ejemplo del carácter democrático e inclusivo de este deporte

Si acaso, su relación con el golf es un buen ejemplo del carácter democrático e inclusivo de este deporte. Como Forges, hay innumerables ejemplos de aficionados en todos los ámbitos y estamentos, independientemente de que su relación con el golf sea más o menos conocida, y basta con rascar un poco para ver hasta qué punto impregna todas las capas de nuestra sociedad. Pero esta no es únicamente la enésima soflama en contra del sambenito elitista que lleva colgado el golf desde hace décadas, ya que no todos los “enemigos” están fuera de casa. Hay quienes asimilan afición a modo de vida y se sienten incómodos compartiendo “privilegios” con la plebe, con lo que no están especialmente interesados en que el golf salga de los recintos pudientes y los entornos controlados. Pero el golf es mucho más que eso.

Katharine Hepbrun, en La Impetuosa.
Katharine Hepbrun, en La Impetuosa.

Golf es Forges bromeando con las frustraciones del jugador medio.

Golf es Alice Cooper haciendo una versión golfística de su himno I’m eighteen y convirtiéndose en el mejor embajador del golf entre los rockeros.

Golf son los chavales de Brea de Tajo luchando para que en su pueblo se construyan un puñado de hoyos.

Golf es Katharine Hepburn demostrando su talento con los palos en La impetuosa a las órdenes, una vez más, de George Cukor.

Golf es Pedro Matute yendo todos los días en autobús desde las 3000 Viviendas a La Cartuja, en Sevilla, para disfrutar de su pasión por el golf.

Golf es Norman Rockwell pintando a unos chavales desastrados que se entretienen en un campo improvisado.

Golf son los responsables de campos rústicos que se levantan con el alba para que sus socios y amigos se encuentren un recorrido jugable.

Golf es F. Scott Fitzgerald convirtiendo en golfista a una de las protagonistas de El gran Gatsby.

Golf son todas aquellas instituciones y ONG que se apoyan en este deporte para poner en marcha un gran número de iniciativas benéficas.

Golf es, en definitiva, vida.