Tan inexorables como los langostinos festivos, los bromazos del día de los Santos Inocentes, las campanadas de Nochevieja y los chistes de cuñados llegan estas semanas los pronósticos y augurios para el año que entra. Los que se dedican «profesionalmente» al asunto astrológico saben que lo mejor es superar el trance con una montón de generalidades intercambiables sin entrar demasiado en detalle (lean sobre los experimentos al respecto de Bertram Forer, que les van a gustar). Si optan por la vía imaginativa y dan más datos de los estrictamente necesarios, pasa lo que pasa. Y si no, que se lo digan a Sandro Rey, gurú televisivo y magufo de marca mayor, que se atrevió a pronosticar no hace tanto que en Operación Triunfo ganaría una chica rubia, de ojos claros y piel clarita. Casi.
Otros se dedican a leer el futuro en los pliegues del trasero (sí, hay gente que se gana la vida así, como la madre de Sylvester Stallone o un tal Ulf Buck), pero a mí me pagan por rellenar este espacio con unas cuantas palabras de cuándo en cuándo, así que no voy a interrumpir la bonita costumbre de tirarme al barro y lanzar unos cuantos dardos con mayor o menor fortuna para exponer mi falta de criterio en público. Por supuesto, para empezar toca rescatar las previsiones del año pasado y mirar cómo ha andado de desnortada mi brújula. Al lío.
• En primer lugar, y pese a la decepción que supuso 2017, pronostiqué que en 2018 Tiger Woods ganaría un torneo (algo que consiguió en el Tour Championship) y que terminaría el año en el top 40 de ranking mundial (ha finalizado decimotercero, pese a comenzar el año en el puesto 656.º). De momento, dos de dos.
• Qué poco dura la alegría en casa del pobre… A continuación, me atreví a augurar que Dustin Johnson perdería el número 1 antes del Masters de Augusta (y lo perdió, pero en mayo) y que Jon Rahm lideraría el ranking mundial, pero el de Barrika solo lo rozó al alcanzar el segundo puesto entre enero y febrero. Agua (por poco, pero agua) en estos dos disparos.
• A continuación, aposté por seis victorias españolas en los principales circuitos y me quedé incluso corto, y también dije que el golf español sumaría un major por segundo año consecutivo, y Miguel Ángel Jiménez acudió al rescate aportando sus victorias en el Regions Tradition y el Senior Open Championship. Ya llueve menos… Cuatro de seis.
• Y el año pasado terminaba defendiendo la candidatura del equipo europeo en la Ryder de París, aunque en aquella época la situación era, cuando menos, grisácea. Un acierto más, gracias al buen hacer de los pupilos de Björn y del propio timonel europeo. Por cierto, a lo mejor el danés se ha hecho el tatuaje en el trasero para ponérselo fácil a Jackie Stallone y demás expertos en rumpología (así se llama esta imaginativa «mancia»).
No me puedo quejar de los cinco aciertos en los siete pronósticos (número raro para este tipo de artículos, pardiez), así que este año habrá que echarle más imaginación. Como decían en el Un, Dos, Tres, «hemos venido a jugar».
• Empiezo con Tiger Woods, aunque se me hace cuesta arriba pronosticar un éxito suyo en los majors o pensar que puede llegar al número uno del ranking. Me conformo con que vuelva a ganar y termine el año entre los veinte mejores del escalafón.
• En cuanto al ranking, hay mucho gallo cualificado en el gallinero y me extrañaría que uno de ellos se impusiera con claridad a los demás. Mi vaticinio, por tanto, es que ningún jugador sumará más de veinte semanas consecutivas al frente de la clasificación. Y ya que estamos, insisto en que Jon Rahm tocará este año el número uno.
• Otros dos pronósticos sobre el ranking mundial, aunque de jugadores menos conocidos: Cameron Champ terminará 2019 cómodamente instalado en el top 40 del mundo, mientras que Adri Arnaus y Sam Burns finalizarán entre los 80 mejores.
• Con respecto a los triunfos españoles en los principales circuitos, mantengo la cifra de seis victorias entre PGA Tour, European Tour, LPGA Tour y LET, y sumo otros cuatro entre Asian Tour, PGA Champions Tour, Staysure Tour y Challenge Tour. Y ya puestos, cuento con otro título en un major para el golf español.
• Este año tendremos a al menos ocho españoles jugando el Open Championship en Royal Portrush. Muy posiblemente no igualemos el récord de participantes en este grande (establecido en 10 en las ediciones de 1983 y 1991 jugadas en Royal Birkdale), pero andaremos cerca.
• Otro pronóstico relacionado con los majors: al menos dos de los cuatro grandes se lo llevarán jugadores europeos, algo que solo ha sucedido nueve veces en los últimos 70 años.
• Y como es costumbre que acabe con una cifra absurda de vaticinios, el duodécimo augurio es para la victoria del equipo europeo en la Solheim Cup que se jugará este año que entra en Gleneagles. Las estadounidenses han ganado las dos últimas y toca invertir la tendencia, aunque el golf europeo femenino esté pasando por momentos difíciles en el ámbito institucional (¡mucho ánimo a Marta Figueras Dotti, por cierto!).
Ya solo me queda desearle un final de año apañado, que no se atraganten con las uvas y que los Reyes Magos sean generosos. Por supuesto, espero que el año que viene nos sigamos viendo en este rincón de Ten Golf, sobre cuyo futuro no merece la pena hacer pronósticos porque sus responsables son infalibles a la hora de ofrecer contenidos de calidad y maquinar bondades. ¡Feliz año!
