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Pasar desapercibido

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Dustin Johnson. © Golffile | Fran Caffrey
Dustin Johnson. © Golffile | Fran Caffrey

A ver si nos aclaramos, Tiger. No me conoces, hemos estado cerca apenas un puñado de veces, pero te empeñas en interferir en mis mecanismos mentales. Estaba yo a lo mío, todavía con la resaca de la victoria de Sergio García en Valderrama, nadando en exclamaciones y sumido en un justificado estado de euforia, y me has descabalado el artículo de esta semana con el anuncio de tu regreso. Una vez más, ha vuelto a tocar techo la escala del hype, ese anglicismo esquivo que por lo general define expectativas injustificadas. Tienes ese poder mutante, lo reconozco. Yo mismo te he mencionado en las dos últimas columnas que he escrito para Ten Golf (en la última, solo de pasada; en la anterior, hablando de lutos por tu futura ausencia), y aunque estamos a un mes vista de tu regreso a la competición en el Hero World Challenge has conseguido que todo el mundo del golf vuelva a fijarse en ti. Normal, por otro lado. Si eres noticia cuando no hay noticia, imagínate cuando nos das algo a lo que agarrarnos…

Pero me vas a permitir que, más allá de esta breve introducción, no te haga mucho más caso. Me toca hacer de amante despechado, y te voy a explicar el motivo. A finales del año pasado escribí la inevitable columna de previsiones para 2017, y la verdad es que no me fue muy mal. “Adiviné” que Jon Rahm ganaría un torneo y que entraría en el top 50 del ranking mundial (huelga decir que jugaba sobre seguro y que el tremendo talento del golfista de Barrika me ha hecho quedar como un pronosticador “amarrete”). También acerté (y me quedé corto, una vez más) que el golf español sumaría en 2017 seis victorias en los cuatro circuitos principales (PGA Tour, European Tour, LPGA Tour y Ladies European Tour). Mi tercer augurio exitoso fue la caída de Lydia Ko del número uno del mundo, ante el trajín que vivió en la parte final de la última temporada, con cambio de caddie, entrenador y palos. Pero marré estrepitosamente con dos previsiones: la primera, Tiger, que tú ganarías un torneo y volverías a estar entre los 50 mejores del ranking. Me deslumbró tu intermitente actuación en el Hero Word Challenge de 2016, me dejé llevar y no pensé en tu maltrecho cuerpo. No puedo decir que me fallaras, porque tus seguidores todo te lo perdonamos, pero… me haré el ofendido para dejar de hablar de ti en esta columna. Hasta luego, Tiger. Me vuelvo con mis lectores.

«Tiger, no puedo decir que me fallaras, porque tus seguidores todo te lo perdonamos, pero… me haré el ofendido para dejar de hablar de ti en esta columna»

Y a ustedes, lectores, si siguen ahí les tendré que pedir disculpas por este arranque de esquizofrenia galopante, pero ya seguimos. Como recordarán, he dicho que fallé en dos previsiones para 2017, ya que también me atreví a predecir que ningún jugador ocuparía el número uno del ranking mundial masculino durante 20 semanas consecutivas. El año pasado Jason Day se tiró más de 40 al frente del ranking mundial, pero yo pensaba que la irrupción de Johnson, Matsuyama o Thomas, entre otros, y el previsible rebote de McIlroy o Spieth haría que en 2017 viéramos un bonito duelo de sillas musicales en lo más alto de la clasificación. Sin embargo, Dustin Johnson lleva ya 36 semanas al frente del ranking, y todavía tiene una razonable ventaja sobre el número dos, Jordan Spieth, y algo más sobre Justin Thomas, imparable en el último trimestre.

Justin Rose (ENG) winner of the 2017 WGC HSBC Champions, Sheshan International Golf Club, Shanghai, China PR. 29/10/2017 Picture: Golffile | Fran Caffrey
Justin Rose (ENG) winner of the 2017 WGC HSBC Champions, Sheshan International Golf Club, Shanghai, China PR. 29/10/2017
Picture: Golffile | Fran Caffrey

A Dustin Johnson aún le colocamos el signo de interrogación, y no nos extraña cuando dilapida una ventaja monstruosa, como sucedió el fin de semana pasado en el HSBC Champions ante Justin Rose. Seguimos acordándonos más del golfista que se trastabillaba y fallaba en situaciones importantes que del jugador que ganó el U. S. Open de 2016, que se ha impuesto en siete torneos en los dos últimos años y que lleva dominando la clasificación durante casi todo 2017. ¿Estamos siendo justos con el espigado golfista de Columbia? En absoluto. Hace mucho tiempo que Johnson demostró que es algo más que un jugador fiable que ganaba todos los años en el PGA Tour (actualmente tiene la racha más larga de victorias en años consecutivos). Hace mucho tiempo que dejó de ser ese remedo golfístico del Bartleby de Melville, esa figura indolente tan socorrida para armar una columna de opinión. Cierto es que, como Bartleby, Johnson parecía eludir las responsabilidades que su talento le tenía reservado. Parecía que prefería no ganar un grande, que prefería no ser número uno del mundo, que prefería pasar desapercibido en un cómodo segundo plano (aunque su mediática boda con Paulina Gretzky y su llamativa “desaparición” por motivos personales en 2014 lo llevaron a ocupar innumerables portadas).

«Hace mucho tiempo que Dustin Johnson dejó de ser ese remedo golfístico del Bartleby de Melville«

De talento infinito, en tiempos se le presuponía una falta de sangre que lastraba sus posibilidades, pero ya nos advirtió su entrenador, Butch Harmon, del cambio que se había obrado en su pupilo. Lo del HSBC Champions nos trajo a la memoria sus catástrofes previas y el arte para autodestruirse que exhibió en el pasado, pero no deja de ser un accidente. La conversación sigue centrada en el duelo que en 2018 librarán Jordan Spieth y Rory McIlroy, pero no podemos olvidarnos del resto de los aspirantes… ni tampoco faltarle el respeto, aunque sea de manera metafórica, al ocupante del número uno del mundo.