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Thomas Björn y el pijama calentito

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Thomas Bjorn © Golffile | Thos Caffrey
Thomas Bjorn © Golffile | Thos Caffrey

Batallita breve: como probablemente sepan si leen mis columnas, me gustan los cómics. Hace un par de años me suscribí a Marvel Unlimited, una especie de Spotify de los tebeos de la editorial estadounidense que permite acceder a casi todo su fondo a cambio de una razonable tarifa anual. Les estoy hablando de decenas de miles de tebeos, una barbaridad inmanejable, una orgía de viñetas, onomatopeyas y gente en pijama dándose guantazos (bueno, y más cosas, pero ustedes me entienden). Dado que llevaba casi diez añitos sin comprar tebeos de superhéroes, tenía en mis manos la herramienta ideal para ponerme al día y leerme las sagas más golosas que se hubieran publicado en ese periodo… pero ¿qué dirán que hice? Me tiré meses (¡MESES!) dedicando un rato todos los días a releer tebeos que había tenido en mi niñez y que, por circunstancias, ya no están entre mis posesiones.

Antes he mencionado a Spotify, la plataforma de streaming musical (que tampoco subvenciona esta columna; ya podrían estirarse un poco los de Marvel y ellos). Yo pensaba que a raíz de usarla me había convertido en un ser más cosmopolita, guay y ecléctico, pero el periodista Guillermo Alonso me bajó de la burra con un artículo titulado Más de lo mismo en el que indicaba que, según diversos estudios, de cada hora que pasamos en Spotify 54 minutos los dedicamos a escuchar música que ya conocemos. Como dice el título de su artículo, más de lo mismo.

¿Tendemos a resistirnos al cambio? ¿Nos cuesta despojarnos del pijama calentito de la nostalgia, aunque tenga pelotillas y cante un poco porque lleva tiempo sin visitar la lavadora?

Por naturaleza, ¿tendemos a resistirnos al cambio? ¿Nos cuesta despojarnos del pijama calentito de la nostalgia, aunque tenga pelotillas y cante un poco porque lleva tiempo sin visitar la lavadora? Por el éxito de los libros en plan Yo fui a EGB y la resurrección de mitos ochenteros en forma de remake o de gira de bandas que podrían encajar perfectamente en el reparto de Walking Dead (pero no en las filas de los vivos, ya me entienden), parece que nos cuesta librarnos del pasado y tendemos al inmovilismo y a refugiarnos en lo conocido, más a medida que vamos cumpliendo años.

Sorprendido por el título del cuadro, el visitante le pregunta al vigilante dónde está Lenin, a lo que el custodio de la sala le replica sin inmutarse: «Lenin está en Varsovia»

Segunda batallita breve: hace un tiempo terminé de leer un libro bastante sesudo (demasiado) de Slavoj Žižek en el que contaba un chiste bastante divertido para explicar uno de los postulados de Lacan. Un visitante va a un museo en Moscú y se encuentra un cuadro titulado Lenin en Varsovia en el que aparecen en la cama Nadezhda Krúpskaya, mujer de Lenin, y un miembro de las juventudes comunistas. Sorprendido por el título del cuadro, el visitante le pregunta al vigilante dónde está Lenin, a lo que el custodio de la sala le replica sin inmutarse: «Lenin está en Varsovia».

Por qué Estados Unidos va a arrasar en la Ryder Cup (y viceversa), por David Durán

Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Ken Murray
Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Ken Murray

¿Podría aplicarse todo lo anterior a las decisiones tomadas por Thomas Björn para confeccionar el equipo europeo que disputará la Ryder Cup a final de mes en Francia? Desde luego. Para algunos, las ausencias (en especial, las de Rafa Cabrera-Bello, Matthew Fitzpatrick y Matt Wallace) son tan elocuentes como la presencia en el combinado continental de los cuatro veteranos elegidos por el danés. El título del cuadro no describe lo que se ve en el mismo, pero sí completa su significado.

Así han quedado los dos equipos de la Ryder Cup 2018 de París

Con respecto a la primera batallita, queda claro que Björn se siente más cómodo con la jerarquía, la veteranía y el historial que aportan García, Poulter, Casey y Stenson, aunque el de estos dos últimos refulja menos que el de los dos primeros. Pese a sus palabras de hace un año, en las que parecía otorgar más importancia al estado de forma reciente que al pasado, al final ha optado por su pijama calentito. Dados los pronósticos y la identidad de los ocho jugadores clasificados antes de que tomara su decisión, las elecciones del danés no resultan excesivamente sorprendentes (en mi última columna yo pronostiqué que Stenson se quedaba fuera y que Rafa Cabrera-Bello entraba, pero no ha podido ser). No ha saltado la liebre, como tampoco saltó en la anterior Ryder Cup, cuando fueron elegidos Thomas Pieters, Lee Westwood y Martin Kaymer y solo el novato belga dio la cara por los elegidos a dedo. La lupa estará centrada especialmente en los cuatro escogidos por Björn y en el propio capitán, un escrutinio que deberán sobrellevar de la mejor manera posible.

Se dice que el bloque estadounidense de este año podría disputarle el honor de mejor combinado de la historia al equipo americano de 1981

Como suele pasar en nuestro país, el debate entre la afición se ha centrado en la idoneidad de Sergio García como opción, cuando a estas alturas esa discusión debería estar más que zanjada. No escoger a Sergio García, al margen de cualquier otra consideración (y sí, sé bien qué ha ocurrido esta temporada en todos los ámbitos) habría sido una temeridad. Pero no contrapongo su presencia a la ausencia de Rafa Cabrera-Bello, ni mucho menos. Creo sinceramente que, por distintos motivos, Paul Casey y Henrik Stenson aportan menos al equipo europeo y que Rafa Cabrera-Bello debería haber ocupado uno de sus puestos. Habrá que ver qué tal funciona Casey con las parejas que le asigne Björn, y si Stenson reverdece laureles Ryder con Justin Rose, reciente número uno del mundo. Al elegir a Poulter y a García, Björn ha dejado claro que prefiere a jugadores con «corazón y agallas», expresión a la que recurrió Tom Watson en 1993 cuando escogió a los veteranísimos Ray Floyd (51 años por aquel entonces) y Lanny Wadkins, dos golfistas que se convirtieron en el ancla que necesitó el equipo estadounidense para arrebatarle aquella Ryder Cup a Europa en The Belfry.

Creo sinceramente que, por distintos motivos, Paul Casey y Henrik Stenson aportan menos al equipo europeo y que Rafa Cabrera-Bello debería haber ocupado uno de sus puestos

Tiger, en el PGA Championship © Golffile | Brian Spurlock
Tiger, en el PGA Championship © Golffile | Brian Spurlock

Cabría decir que Björn no se ha mojado mucho, pero tampoco es que Jim Furyk se haya vuelto muy loco con sus elecciones, la verdad, ya que Phil Mickelson y el redivivo Tiger Woods ejercerán de contrapeso veterano aunque su historial en la Ryder Cup sea bastante más sospechoso que el de los escogidos por el capitán europeo. En cualquier caso, el campo da y quita la razón, y el reto para los europeos es apabullante. Se dice que el bloque estadounidense de este año podría disputarle el honor de mejor combinado de la historia al equipo americano de 1981, que contó con once ganadores de majors (nueve de sus golfistas ya lo eran cuando disputaron aquella Ryder; dos lo lograron posteriormente) y que apisonó a un conjunto europeo lastrado por la ausencia de Seve Ballesteros y Tony Jacklin. En esta ocasión, los de las barras y estrellas llegan con nueve ganadores de grandes en sus filas (todos menos Fowler, DeChambeau y Finau) por cinco de los europeos… pero las fuerzas se igualarán cuando llegue el momento de pegar los primeros golpes de salida y el público brame en Le Golf National.

Si quieren disfrutar de manera especial con esta Ryder Cup, háganse con el libro Nos vemos en dos años, escrito por el periodista Antonio Sándeto

Por último, me van a permitir una recomendación: si quieren disfrutar de manera especial con esta Ryder Cup, háganse con el libro Nos vemos en dos años, escrito por el periodista Antonio Sándeto, un texto magnífico centrado en la historia moderna de la Ryder Cup que va mucho más allá de la mera recopilación de estadísticas y resultados y que transmite con maestría la emoción de esta competición, además de servir de libro de consulta imprescindible en un panorama nacional en el que escasean los buenos ensayos golfísticos. Como con lo de Marvel Unlimited y lo de Spotify, tampoco me llevo comisión (hasta ahora, por lo menos… wink wink nudge nudge), así que les aseguro que lo recomiendo de corazón.