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Jon Rahm describe sus sensaciones horas antes de su debut en 2017 con novedades en su bolsa

Del verde fosforito a la nueva bola

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Se acabó la espera. Ya estamos de vuelta. Este jueves arranca el año 2017. Juego, como sabéis, el CareerBuilder Challenge en California, un torneo distinto porque es Pro-Am y se hace en tres campos diferentes.

Dicen que año nuevo, vida nueva, ¿no? Bueno, yo no diría tanto, pero sí que ha habido importantes cambios en mi bolsa de palos y tengo ganas de ver cómo resultan en competición. Tengo hierros nuevos y drive nuevo. Tengo que decir que el M2 de Taylormade me gustó desde el principio. Fue como un amor a primera vista.

Yo tengo la teoría de que los palos nuevos tienen que entrar por el ojo. Claro que es importante tener luego buenas sensaciones a la hora de pegar a la bola, pero es clave que estés cómodo también con la parte estética. El nuevo driver tiene un color verde fosforito y la verdad es que me gusta mucho. Me siento a gusto con él y ahora toca ver cómo responde cuando hay que contarlas todas. No creo que haya ninguno tan largo y y perdona los errores incluso más que antes. La madera 3 y la madera 5 son M1.

La principal novedad, no obstante, ha sido la bola. La nueva de Taylormade hace más distancia y he tenido que trabajar mucho en pretemporada para hacerme a ella. Cambian las distancias y eso es clave a la hora de desarrollar todo el plan de juego. Creo que la tengo bien domada, pero habrá que verlo en el campo.

Empiezo el año con fuerza. Voy a jugar seis torneos seguidos, aunque ya os digo que esa no es la idea general de la temporada. El objetivo es jugar lo justo para que mis niveles de energía estén a tope cada semana que compita. Es mi primer año completo en el PGA Tour y tengo mucho que aprender, pero no quiero jugarlo todo y dejarme llevar por las ganas. Quiero estar al máximo cada semana. No bajar la guardia. Sólo hay que ver los calendarios de los mejores del mundo para entender de qué hablo.

Como os decía, ahora sí voy a jugar seis torneos seguidos, pero tiene algo de truco, ya que justo en medio está el de Phoenix. Allí juego como en casa. Casi no tengo ni que ver el campo porque lo conozco muy bien y duermo en mi cama.

Esta idea de calendario, obviamente, podría cambiar según vayan pasando cosas en la temporada. Si gano un torneo o me meto en los grandes podría haber variaciones importantes. La clave es estar preparado para todo.

En cuanto a objetivos. Pues creo que no hace falta que diga que me encantaría ganar un torneo, pero la verdad es que estaría muy contento también si mantengo la tarjeta y acabo entre los 125 primeros de la FedEX Cup. Un buen objetivo sería consolidarme en el PGA Tour.