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Sobre links y tecnología

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Vista desde la ventanilla del avión camino de Ámsterdam. © Adolfo Juan Luna
Vista desde la ventanilla del avión camino de Ámsterdam. © Adolfo Juan Luna

Se acabó la 91ª edición del British Boys y en el avión de regreso a casa es un buen momento para sacar algunas conclusiones de la actuación de los jugadores españoles y del golf en general.

Lo primero que hay que destacar es que se confirma el gran año del golf amateur masculino. Esta vez le ha tocado el turno al alicantino Miguel Ángel Herrero Baeza. La medalla de bronce en el British Boys (cayó en semifinales ante el campeón) le supone un importantísimo salto en su carrera; y a partir del miércoles un gran salto, también, en el Ránking Mundial.

Y digo que continuamos con la racha porque 2017 está siendo un año brillante: oro en el Campeonato de Europa Absoluto, plata en el Europeo Sub-18, triunfos individuales de Adriá Arnaus (Alps Tour), Adrián Mata (Chiberta), Eugenio López-Chacarra (Hossegor), cuarto puesto de Víctor Pastor en el Campeonato de Europa Individual y ahora esta medalla de bronce en el British Boys. En fin, creo que os podéis hacer una idea del extraordinario año de los nuestros.

A pesar de todo ello creo que conviene sacar algunas conclusiones de los British (Amateur y Boys) en particular, no en vano llevamos siete años sin levantar alguno de estos dos trofeos. Curiosamente fue Adrián Otaegui –que ayer ganaba su primer torneo en el European Tour– el último español en triunfar (2010). La participación de los nuestros en el British Amateur fue bastante mala, no pasa nada por decirlo. Ninguno fue capaz de clasificarse para la primera ronda de match. Y aquí, quitando a Miguel Ángel, el único que ha vuelto a defenderse en los links ha sido Alejandro Aguilera –plata en 2016 (Muirfield) y este año cayó en dieciseisavos.

Yo me atrevería a decir que en general no sabemos jugar estos campos. Nos cuesta un mundo mantener la bola a ras de suelo, y aquí es una obligación. También las pasamos canutas cuando las condiciones se complican (mucha agua). Obviamente, nos tiene que costar más que a los británicos, que están todo el año jugando con este tiempo, pero debemos adaptarnos cuanto antes si queremos volver a salir triunfantes. Nos falta imaginación, mucha imaginación alrededor del green, o no tan alrededor.

Hubo un golpe de Pierre Pineau del que espero que los nuestros hayan aprendido, porque estaban muchos de ellos presentes. Os pongo en situación: es el partido de 1/16 de final (Pierre Pineau-Alejandro Aguilera) y el francés marcha 2Up a falta de 2. Alejandro se ha pasado justo el green al jugar un blaster; Pierre, en un golpe de unos 60-70 metros renuncia a cualquier golpe por alto; directamente coge un palo cerrado y hace un chipito botando la bola 20 metros antes de green. Una auténtica maravilla de golpe con el que deja la bola a tan sólo dos metros del hoyo. 25 metros antes de green hay una ría, pero es consciente de que no hay ninguna manera de parar la bola en un green como un tambor y con el viento a favor. Este tipo de golpes, que a nosotros no se nos ocurrirían, son los que tenemos que empezar a tener en la cabeza.

Echo de menos más stingers desde el tee de salida, fundamental en campos que están duros como el de esta semana. Lo más importante en un links es poner la bola en juego, y lo más sencillo para conseguirlo es pegando una bola baja desde el tee y hacerla rodar. Si no tienes este golpe difícilmente podrás tener una buena semana. Esta ha sido una de las claves triunfantes de Miguel Ángel Herrero. Le he visto muchas veces pegando una bola muy baja, algunas veces con dos o tres palos de más.

Deténganlo

Y no quería dejar pasar por alto algo que ayer me leeríais en Twitter. Estos campos de finales del siglo XVIII, principios del XIX se están quedando obsoletos. Los avances tecnológicos están acabando con ellos (palos y bolas). A todos nos gustan los birdies, a mí el primero, pero los campos se están quedando sin defensa. Sólo el tiempo puede complicarlos. No es un tema de retrasar los tees, estrechar las calles, dejar crecer el rough; lo que hay que hacer es detener ya la tecnología.

Pedro Lencart y Falko Hanisch son dos extraordinarios jugadores, pero ¿os parece normal que en una final de British Boys se hiciesen ayer 23 birdies en 32 hoyos? ¿Sabéis por qué se hicieron tantos birdies? Muy sencillo: el tiempo fue perfecto –nada viento y agua–, en cinco pares cuatro pegaban el blaster (hoyo 3, 5, 8, 16, 17), en los pares cinco iban a green con hierro (hoyo 2, 7, 10, 18) e incluso un par cuatro lo cogían de uno (hoyo 15). Y es verdad que se podía haber complicado más el campo –apenas había rough– pero no creo que éste sea el problema. A mí me gustan los birdies, repito, pero también el drama, también los hierros largos, también la creatividad, también la magia. Hoy en día, esto es cada vez más difícil de ver. Es una simple opinión, pero se están cargando este maravilloso juego.

Siguiente cita

El próximo torneo en el calendario amateur masculino tendrá lugar en Lauro GolfInternacional de España Sub-18 (7-10 septiembre). Los días 5 y 6 se jugará el Match España – Italia Sub-18. Y antes de todo esto The Jacques Leglise Trophy (1-2 septiembre- Ballybunion), con la presencia de Alejandro Aguilera y Eduard Rousaud.