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Nacho Montero y Miguel Bisellach rubrican dos gestas en la segunda ronda del British Boys Amateur

Se visten de magos

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Primero lo informativo y luego os cuento las emociones…

Seis españoles han logrado pasar a las rondas match play: Alejandro Del Rey, Alejandro Aguilera, Miguel Ángel Herrero, Jon López-Lanchares, Miguel Bisellach e Ignacio Montero. A la cabeza de todo ellos el veterano Del Rey. Los 73 golpes de hoy -sumados a los 68- le han permitido pasar como séptimo clasificado. Mención especial merece otro de los madrileños: Alejandro Aguilera (74 – 70). Con un golf formidable en una tarde complicada ha certificado su pase.

Ni viento ni gota de agua. Así amanecía Muirfield y Renaissance. Condiciones inmejorables para lograr una gran vuelta. Pero ya sabéis cómo es esto del golf.

Eugenio López-Chacarra, que ayer hacía -1, tenía un comienzo terrible. Triple bogey al 1 y al 3. Más 6 después de tres hoyos y adiós a su gran ventaja respecto al corte. Joan Tous –que necesitaba una vuelta bajo par– lo bordaba en las primeras horas del día. Marchaba dos bajo par después de 17 hoyos. Ambos llegaban al 18 de Muirfield con +6, la cifra del corte. Un par les daría su billete al match. Pero el destino iba a cebarse con ellos. Chacarra encontraba el búnker y firmaba bogey. Joan, por su parte, se liaba en el espeso rough y se marchaba con un triple bogey. Un jarro de agua fría para la delegación española. Solo una buena tarde nos dejaría con un puñado de españoles.

Y la tarde no podía empezar peor. El tiempo había cambiado. Llovía con intensidad y empezó a levantarse el viento. Ingredientes nada apetecibles para los que estaban en el campo. Con estas condiciones salían al campo Miguel Bisellach (balear) e Ignacio Montero (madrileño). Ambos habían firmado 74 golpes en Muirfield (+3).

Miguel comenzaba su vuelta con doble bogey al 1. El bogey del hoyo 5 complicaba aún más las cosas. Necesitaba hacer el par en los trece hoyos restantes. Si el comienzo de Bisellach no había sido bueno imaginad el de Montero: seis bogeys consecutivos para arrancar su vuelta. +9 total con 12 hoyos por delante.

Algo está cambiando en Renaissance…

Montero y Bisellach no se rinden. Muchos pares, algún birdie y las opciones, que se habían desvanecido en el comienzo, vuelven a estar presentes.

Y llegan los dos últimos hoyos. Hemos salido corriendo de la casa club. Dos pares y se meten dentro. Fácil decirlo, qué difícil hacerlo. Dos monstruos para acabar. El hoyo 17 es un par 3 de 194 yardas. El hoyo 18 un par 4 de 458 jugándose todos los días con viento en contra.

«El 18 nos debe algo», le digo a Fran Parrón en alusión a lo que había pasado por la mañana.

Bisellach primero. En el 17 se pasa de green. 25 metros a la bandera desde la hierba pelada. Patea y la deja a un metro. Dentro y el 18 en juego. Salida desviada a la izquierda, a las hierbas altas. Su segundo golpe se queda a unos 50 metros de la bandera. Aproach y putt o volverá a casa. La deja a tres metros y la emboca por todo el centro. Los españoles explotan de emoción. Ha conseguido un cuatro maravilloso. Ya tenemos cinco dentro del corte.

Y entonces llega el momento del día. Montero viene de conseguir el birdie en el 16. Necesita los dos pares. El primer milagro llega en el 17. Su hierro 3 se queda cortísimo y a la derecha, en unas matas terribles. Las opciones de conseguir el tres son remotas. Todavía no sabemos cómo, pero da un golpe «made in Seve» y la deja a menos de dos metros. La ovación es atronadora. Consigue el 3 y pone rumbo al 18. Media docena de españoles salen corriendo para ver la caída de bola. Es el último partido del campo. El referee que va en el partido no da crédito. En cuestión de minutos el partido se ha llenado de público. La salida de Nacho se va a la derecha. A punto está de dar a los españoles. Ha botado y se encuentra en buena posición para buscar el green. El segundo golpe tampoco es bueno. Falla el green por la parte derecha, al peor sitio. La bandera está colocada en ese lado. Poco espacio para trabajar. Pero todavía tenía más magia. Otro approach extraordinario que deja la bola a tan solo dos metros del hoyo. Como pasara en el 17 vuelve a embocarla. La explosión de júbilo es indescriptible. Ha conseguido algo que parecía imposible. Menos tres en los últimos 12 en condiciones durísimas.

Y mañana arrancan los enfrentamientos directos. Os seguiré contando…