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Las cosas pasan por algo…

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María Parra.
María Parra.

Ha pasado algo menos de un año desde que comencé mi aventura en el LPGA Tour. Recuerdo perfectamente lo que me dije la primera vez que me puse en el tee del 1. Aspiré hondo y pensé: María, aquí estás… Ahora estoy camino de Marruecos para jugar la Escuela del circuito europeo con el objetivo de sacarme la tarjeta.

Está claro que no ha sido el año soñado. He perdido los derechos de juego en Estados Unidos y en Europa y, encima, la historia se ha rematado con un problema burocrático con mi visado que me ha impedido viajar de nuevo a América para la Escuela del LPGA. Sin embargo, pese a todo, pese a la rabia de esto último aún metida un poco en el cuerpo, no me arrepiento de nada de lo que he vivido en los últimos doce meses.

Ha sido un año duro, sí, largo, también, con muchísimas dificultades, por supuesto, pero del mismo modo ha sido un año precioso, donde he vivido muchísimas cosas, he aprendido una barbaridad y estoy convencida de que todo esto me va a venir fenomenal de aquí en adelante. Tengo muchas ganas de empezar de nuevo, pero con lo que ya sé.

Como me han dicho algunas personas, soy de las que pienso que las cosas pasan por algo y, por ejemplo, creo que lo de no haber podido jugar la Escuela del LPGA Tour, siendo una gran faena, por decirlo en buen plan, será por algo, seguro que algo bueno tiene que venir de todo esto y quién sabe si dentro exactamente de un año me estaré riendo de lo que pasó como si hubiera sido un mal sueño. Me lo dijo Azahara Muñoz y así lo pienso…

En cuanto al problema burocrático que me impidió viajar a Estados Unidos, por no aburriros mucho, es que me dijeron que debía sacarme el visado tipo B1, que es el habitual de negocios para cruzar el charco, si quería entrar la próxima vez allí. Lo hice con mucho tiempo, más de dos meses, y justo cuando me lo iban a dar me lo denegaron y me dijeron que no, que el visado que necesitaba era el P1, el de atleta, que lleva muchos más trámites. Hicimos todo lo posible, removimos Roma con Santiago por llegar a tiempo, pero fue imposible. Incluso, estaba dispuesta a viajar el día antes de empezar la Escuela, con tiempo apenas para pinchar la bola en el tee del 1, con tal de jugar… Pero nada, no hubo manera. Me quedé en tierra. Con mucha rabia, pero con muchísimas ganas de darle la vuelta a todo esto.

Ahora, como os he dicho, voy camino de Marruecos para jugar la Escuela del Ladies European Tour. Lo más importante es que estoy jugando muy bien. Siento que le estoy pegando a la bola otra vez como yo quiero y estoy deseando ir allí y hacerlo bien, y sacarme la tarjeta. Sería como partir de cero, aunque con la ventaja de toda la experiencia que he acumulado este año. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, ¿no? Pues eso…

Por cierto, por mi categoría puedo jugar en el Symetra Tour, la segunda división del LPGA Tour. Mi objetivo, si no hay ningún problema, es tratar de recuperar la tarjeta a través de este circuito (hay que quedar a final de año entre las diez primeras del ránking) y compaginarlo con el LET si logro sacarme la tarjeta del LET. Otro año apasionante en el que espero aprender nuevamente mucho y demostrar que “aquí está María…”.

Muchas gracias a todos por el apoyo y los ánimos. Allá vamos…