Hay ocasiones en que el deporte te hace regalos excepcionales. Uno de ellos, por ejemplo, es tener la posibilidad de estar cerca de José María Olazábal. Como jugador no os voy a descubrir nada y como persona es simplemente extraordinario. Es una persona súper entregada a los demás, siempre tiene tiempo para dar consejos, es muy humilde y generoso, y eso le describe como persona y como jugador.
La semana pasada, lunes, martes y miércoles, tuve la bendita suerte de entrenar con Olazábal, Álvaro Quirós y Nacho Elvira. Nos juntamos todos los golfistas del grupo entrenado por el equipo que lidera Pepín Rivero en el sur de España, concretamente en Sotogrante. Fue una delicia y quería compartirlo con vosotros.
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Trabajamos duro, aprendí mucho y, sobre todo, me lo pasé como un enano. Es un lujo poder compartir sesiones de entrenamiento con un doble campeón del Masters apenas unos días antes de viajar a Augusta. No sólo tuve el enorme placer de jugar y practicar con él, sino también fue una gozada poder escuchar sus historias.
Es un lujo poder compartir sesiones de entrenamiento con un doble campeón del Masters apenas unos días antes de viajar a Augusta
Nos contó, por ejemplo, el mensaje que envió a Sergio el miércoles previo al inicio del Masters del año pasado, el de la taquilla en el vestuario de campeones de Augusta, ya sabéis, cuando le dijo que hasta el momento no la compartía con nadie y que no le importaría nada hacerlo con él. Fue premonitorio. Nos contó que lo había visto jugar y que le vio algo especial esa semana, más allá de que Chema siempre ha estado convencido de que Sergio, pese a sus desencuentros puntuales con Augusta, lo tiene todo para ganar en ese campo.
Escuché durante tres días anécdotas de Olábazal con la boca abierta
También nos recordó la divertida historia de Seve y su primera Chaqueta Verde, cuando se le ‘olvidó’ en su casa y no la devolvió a Augusta al año siguiente; o una aún más curiosa que yo nunca había escuchado. Un señor acaudalado que intentó ser miembro del Augusta National. Imagino que sabréis que las condiciones no son fáciles. Por lo pronto, tienes que ser aprobado por todos los socios del club, simplemente con que uno se oponga no puedes entrar. Pues bien, este señor fue rechazado y se agarró tal rebote que compró una parcela a menos de 20 kilómetros de Augusta, llamó a Tom Fazio, uno de los mejores diseñadores del mundo, y le pudo un cheque en blanco sobre la mesa para que le hiciera un campo de golf a imagen y semejanza de Augusta. El resultado es una pasada. Se trata del Sage Valley Golf Course. Merece la pena que le echéis un vistazo. Alucinante.
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Más allá de las anécdotas, que escuché durante los tres días con la boca abierta, fue estupendo poder verle de nuevo aprochar, sacar de búnker, patear… Tiene unas manos increíbles. Es cierto que lo hace todo de una manera personal e intransferible, nada convencional. La primera vez que intentas hacerlo como él te puedes liar muchísimo, pero yo conforme pasan los años lo voy entendiendo mejor y mi manera de afrontar el juego corto cada vez se parece más a la suya. No digo que lo copie, porque eso es imposible, pero sí que me inspiro. ¿La clave principal? Dejar que trabaje el bounce del palo.
El deporte te hace regalos excepcionales y uno de ellos, por ejemplo, es tener la posibilidad de estar cerca de José María Olazábal
Veo muy bien a Chema. Creo sinceramente que lo puede hacer muy bien en Augusta. Creo y deseo. Porque se lo merece. Es impresionante el entusiasmo que transmite, la ilusión, la capacidad inagotable de trabajo, el espíritu de superación. Pienso que está haciendo una labor muy buena con Pepín y pronto lo veremos otra vez ahí. Se le ve mucho mejor con el drive y en Augusta siempre se crece. Desborda ilusión cuando habla del Masters, aunque eso sí nos confesaba la semana pasada que antes de las obras que alargaron el campo el abanico de jugadores para ganar era más grande y le daba más intriga. Ahora hay jugadores que lo tienen muy difícil para ganar. Por ejemplo, lo de Tom Watson en el British es casi imposible que suceda en el Masters. Además, Augusta ha encontrado una fórmula para que haya espectáculo el fin de semana, muy bonito, con posiciones de bandera que dan espectáculo.
Entrenamos en Valderrama, Sotogrande y La Reserva: ¡qué campazos!
Por cierto, y hablando de lujo, qué campazos tenemos en Sotogrande. Jugamos en Valderrama, en La Reserva y en el Real de Sotogrande. Qué maravilla. Tenemos que estar orgullosos de tener unos recorridos con esas condiciones tras increíbles. Estaban perfectos. No se me ocurren muchos sitios mejores para preparar el Masters. Aprovecho desde aquí para dar las gracias a todos los trabajadores de los tres campos por lo bien que se portaron con nosotros. Esto también es un lujo.
Olazábal y Sergio ya están juntos en el vestuario de campeones
