Llegué este miércoles a Miami y lo primero que descubrí es que no habían llegado mis palos. En fin, como esto por desgracia no es noticia, lo dejamos a un lado y os cuento las razones por las que estoy a este lado del Atlántico.
He viajado desde Madrid con mi hermano Miguel para vernos durante cuatro días con David Leadbetter, uno de los gurús más prestigiosos de Estados Unidos y un gran amigo de nuestra familia. Siempre una vez al año trato de encontrarme con él, para que vea mi swing y analicemos en qué cosas podemos mejorar y qué otras, simplemente, hay que potenciar.
Estaremos los cuatro días en Sarasota, al norte de Miami, donde tiene su residencia David. Nos acoge con toda amabilidad en su casa y yo se lo agradezco enormemente. Trabajaremos en un campo de prácticas y jugaremos algunas rondas en el recorrido Concession, muy cerca de su casa, un campo que tiene su historia. Se llama así porque lo diseñaron de forma conjunta Jack Nicklaus y Tony Jacklin, y hace referencia al hecho ocurrido en la Ryder de 1969, cuando Nicklaus concedió un putt a Jacklin con el que Europa empató el torneo. Aquella edición pasó a la historia por ese gesto.
Muy pronto voy a poder comprobar cómo de bien ha funcionado el trabajo con Leadbetter, no en vano el próximo lunes viajo un par de horas en avión hacia el sur para jugar el Puerto Rico Open, torneo del PGA Tour para el que he conseguido una invitación de última hora. Allí creo que me veré con Álvaro Quirós.
Por cierto, aprovecho para deciros que mi hermano Miguel está jugando el Pro Golf Tour, circuito de la PGA de Alemania que ya ha celebrado cinco pruebas este año en Turquía y Marruecos. Está contento y le deseo lo mejor porque se lo merece. Y ojo, que no me entere yo que no lo seguís en a partir de ahora en todos los torneos.
