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Algo que igual no sabían de mi trofeo de Escocia

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Rafa Cabrera Bello y su prometida Sofía Lundstedt posan con el quaich. © Golffile | Fran Caffrey
Rafa Cabrera Bello y su prometida Sofía Lundstedt posan con el quaich. © Golffile | Fran Caffrey

Ayer me tomé mi primer vaso de whisky, escocés por supuesto, para celebrar la victoria en Dundonald hace dos domingos. Han pasado diez días, pero sigue teniendo un gusto de maravilla, igual que el cuarto puesto en el Open de Royal Birkdale. Han sido dos semanas grandes y muy importantes.

Estoy muy contento porque de una tacada he conseguido sacarme dos espinas que tenía clavadas en los últimos años, por un lado lograr de nuevo una victoria después de haber estado tan cerca tanta veces, y por el otro hacer realmente un gran resultado en un Major.

Como ya saben los que me siguen en las redes sociales, estos días estaré en Suecia celebrando con mi prometida Sofía los magníficos últimos quince días de golf. Pero no por mucho tiempo porque este mismo fin de semana vuelvo a hacer las maletas para ir a Estados Unidos a jugar el WGC Bridgestone Invitational y el PGA Championship, dos grandes torneos donde espero volver a hacerlo bien. No será fácil porque Firestone y Quail Hollow son dos recorridos muy exigentes, pero mi golf se encuentra en muy buen momento y voy a darlo todo.

Quiero aprovechar para dar las gracias a todos los que os habéis acordado de mí estos días. He recibido infinidad de mensajes, muy bonitos todos. Es una pasada saber que hay tanta gente pendiente y que disfruta tanto cuando consigues algún éxito. También, y especialmente, quiero dar las gracias a los españoles, y no españoles, que me han seguido esta semana pasada en Royal Birkdale. Es una sensación fantástica sentirse tan querido.

Han pasado ya unos días desde el triunfo en Escocia, pero quería compartir con vosotros un detalle del trofeo que seguramente muchos de ustedes no saben. Si se han fijado es una especie de copa gigante o tazón con dos asas. Parece un trofeo más, pero tiene su significado y es muy chulo. Se llama quaich, tal como suena porque por lo visto deriva del gaélico escocés y su origen es muy antiguo.

Se trata de un objeto con mucha tradición en Escocia, ya que es el regalo habitual que se hace en las bodas. Antiguamente se utilizaba para beber whisky o brandy y es símbolo de hermanamiento, ya que se puede beber por los dos lados. Como también saben, este año me caso, así que el quaich no ha podido ser más oportuno. Parece que estaba predestinado.

¿Qué les parece? ¡Ya saben una cosa más de mi victoria en Escocia y de la historia de este país!