Largo día en St. Andrews. Sin dar un golpe, que no es lo mismo que sin dar golpe, pero eterno en cualquier caso. Ha sido una jornada bastante tranquilo. Por la mañana me he quedado en casa con mi familia, viendo desde la distancia cómo se desarrollaban los acontecimientos en el Old course. Desayuné tranquilo con ellos y nos quedamos charlando en el salón a la espera de ver que decían desde el Royal & Ancient.
Sinceramente, desde que vimos el viento que estaba soplando nos quedamos tranquilos. Con lo que se veía por la ventana suponía que el par no iba a correr peligro para pasar el corte. La verdad, ayer estaba bastante convencido de que sería así, pero con el Open Championship nunca te puedes fiar. Todo cambia de un momento a otro y tus planes se desmoronan fácilmente.
He estado pendiente sobre todo del móvil y de internet, para estar al tanto de lo que estaba pasando y prepararme. Han tardado, pero finalmente nos han comunicado que hoy no se jugaría nada de la tercera ronda, así que nos hemos ido a comer todos al campo de golf. Ahí he visto un rato la tele. Ha sido el único momento del día. Después, he estado practicando con Mike, mi caddie, y David Leadbetter. Hemos hecho un poco de todo. Así que, aclaro, no he pegado ni un golpe de competición…
Antes de regresar a casa, he pasado por el gimnasio para estirar bien y después hemos estado todos tranquilos en casa. Descansando y preparándonos para mañana. Con muchas ganas.
Realmente podría haber sido un día muy tenso si hubiese creído que el par peligraba, pero desde que supe que estaba salvo, todo fue muy relajado.
