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El gimnasio de la confianza

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Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea. Me gustaba, pero no terminaba de ponerla en práctica. Sí, algún día lo hacía, de forma aislada, pero enseguida lo dejaba, sin continuidad. Sin embargo, en Hong Kong, el pasado mes de diciembre, la semana que ganó Miguel, decidí incorporarlo a mi rutina de cada día después de una vuelta. Y eso es lo que os voy a contar hoy. Os abro las puertas de mi gimnasio de la confianza.

 

Porque como bien sabéis, todo se entrena. Se entrena la técnica, con ayuda o sin ayuda de un entrenador, pero echando sus horas en el campo de prácticas, en el chipping green o con el putt. También se entrena el físico, por supuesto, que se lo digan a Emilio, mi preparador. Buenas sesiones en el gimnasio, con pesas, en la piscina, estiramientos, diferentes ejercicios… De todo y variado, para que sea más divertido, aunque os confieso que a mí nunca me ha costado demasiado coger una pesa.

También se entrena la salud, cuidándose y con una buena nutrición y, por supuesto, la mente. Hoy os voy a hablar de esto, de la mente y la confianza, y os voy a contar un pequeño recurso que he puesto en marcha, que me sirve y que igual también os viene bien a alguno de vosotros. Lo saqué de un libro de Bob Rotella, gurú de la psicología aplicada al golf al que os recomiendo que le echéis un vistazo.

Mi gimnasio de la confianza es un librito, una especie de agenda que tengo sobre mi mesilla de noche, y la rutina es la siguiente: cada día después de una ronda de golf apunto ahí todos los golpes buenos que he dado en una vuelta. Todos y cada uno de ellos, sin excepción, aquellos que me han dejado plenamente satisfechos. Es un recurso estupendo, pues ayuda a que afloren las buenas sensaciones, que te vayas a dormir con una sonrisa y refuerza tu confianza.

La mayoría de los golfistas siempre tiene la tendencia cuando acaba una ronda de acordarse de los golpes pobres. Es un mal endémico, nos castigamos demasiado. Y al final toda esa ‘basura’ se va acumulando en el inconsciente y perjudica a la confianza.

Mi particular gimnasio de la mente, ese librito, me ayuda a aparcar los malos pensamientos. Claro está, hay días que apunto más cosas que otras, no obstante, estas dos últimas semanas, en Abu Dhabi y Qatar, he tenido que escribir bastante. Eso es una buena señal. Ojalá siga así en Dubai.

Os dejo que tengo que jugar el Challenge de campeones del Dubai Desert Classic. Buen partido. Juego con Álvaro Quirós y José Cóceres. Lo pasaremos bien.