Llevo un tiempo trabajando con un psicólogo deportivo. En realidad, es un tipo de entrenamiento como el que se hace con el físico: nunca termina, siempre hay que estarlo cuidando. Aunque es cierto que en momentos puntuales a lo mejor tienes que incidir más en algo determinado.
Pero la clave del trabajo que estoy realizando a nivel psicológico pasa por un principio fundamental: las conclusiones que salen de las conversaciones con el psicólogo trato de ponerlas en práctica durante los entrenamientos, pero no de un modo concreto y específico mientras compito. Dicho de otro modo: lo que intento es que a base de trabajarlo durante los entrenamientos y las vueltas de práctica, luego fluya con naturalidad en la competición. Porque de otro modo, si me pongo a pensar mucho en el campo, puede ser negativo.
Hay diversas maneras de entrenar la parte mental. Por ejemplo, reproduciendo durante los entrenamientos los momentos de presión. En este sentido, por ejemplo, está el clásico ejercicio en el putting green: no me voy hasta que meta veinte putts seguidos desde dos metros. A medida que te vas acercando a la cifra exigida va subiendo la presión…
