Inicio Blogs Rafa Cabrera Bello Lo del Open ayuda, pero no me quita todo el mal sabor...

Lo del Open ayuda, pero no me quita todo el mal sabor de boca…

Compartir

Al fin he conseguido sacarme la espina de no estar metido en el British Open de Saint Andrews, que la tenía clavada desde hace mucho más tiempo del que podéis imaginar.

Todo comenzó con la Final de Dubai de noviembre del año pasado. Allí, con un mal final de vuelta el último día perdí también la opción de acabar el año entre los treinta primeros de la Race, lo que ya me hubiera garantizado el British.

En Irlanda, hace unas semanas, lo tenía a tiro y me quedé fuera en el último putt. Después, en Munich, ganando el torneo me habría metido entre los veinte primeros de la Race en ese momento y también habría conseguido meterme en el British por esa vía. Tuve mis opciones después de las dos primeras jornadas, tan buenas…

Y por último, en Francia, liderando de nuevo después de los dos primeros días estaba ahí, aunque tras el mal sábado y el horrible comienzo de este domingo parecía de nuevo imposible… ¡Y ya veis!

En todos y cada uno de esos momentos era completamente consciente de que, entre otras cosas, se me había escapado la posibilidad de jugar este Open en Saint Andrews. Es así porque siempre he pensado que jugar un British en este campo tiene que ser lo máximo que existe en golf. Además, es un recorrido que me gusta y se me da bien y creo que si tengo posibilidades de estar arriba en un Grande es desde luego en el British Open. Como estoy en un muy buen momento de forma, pues voy a Saint Andrews con toda la artillería.

Por este lado, todo bien, muy contento. Pero hay que saber establecer la diferencia. Meterme en el Open no me hace olvidar todas esas oportunidades de triunfo que he tenido. No me quita todo el mal sabor de boca porque han sido muchas semanas ahí arriba y sigo sin rematar…

La parte positiva, aparte de estar en Saint Andrews, es que ese final de vuelta espectacular en Francia me va a ayudar en el futuro: ya no llueve todos los domingos. No hace falta decir que los dos eagles en los hoyos 12 y 14 fueron la clave de ese gran final. ¡Así que no me importa nada recrearme! En el hoyo 12 pegué madera 3 desde el tee al centro de la calle y tenía 122 metros a bandera con brisa de derecha a izquierda. Pegué un pitching wedge con un poco de draw… ¡Y canasta!

En el 14, drive al medio de la calle de nuevo. Tenía 228 metros a bandera y pegué una madera 5 perfecta que dejó la bola a menos de un metro pasado el hoyo.