Os prometí que os contaría mis primeras impresiones sobre el recorrido Oeste del Wentworth Club donde jugamos esta semana el BMW PGA Championship.
Está muy bien… Y de entrada me parece un campo muy difícil. La primera sensación que tienes cuando vas jugando hoyos es que es una semana en la que hay que estar fino desde el tee. Si no es así, vete preparando para sufrir.
Segundo apunte importante: es un campo donde hay que mover bien la bola. Sobre todo en golpes a la izquierda.
Los bunkers en la caída de la salida desde el tee son profundos y peligrosos. En otros campos estos bunkers de calle no son tan penalizadores. Aunque las calles no son especialmente estrechas, no tienes mucho margen para la gran ‘escapada’ desde el tee…
Más cosas: el rough no es ‘asesino’. Está jugable, aunque con la dificultad habitual en este tipo de golpes. Sobre los greenes hay que decir que son de POA y esta hierba es algo complicada en esta época, porque es ahora cuando está en apogeo, muy fuerte, de un verde intenso… Entonces lo que ocurre es que no resulta muy fiable y, además, al final del día se marcan mucho las pisadas. Esto no quiere decir que los greenes sean lentos. Están bien preparados de velocidad y son muy movidos.
Me gusta bastante el hoyo 18. Es un par 5 que está bien para acabar porque te permite llegar de dos a green. En cuanto al tiempo… Procuro no mirar mucho las previsiones meteorológicas, porque son una fuente de disgustos… Llueve, deja de llover, vuelve a caer un poco de agua. Nada que te sorprenda por aquí. En todo caso, hace mucho menos frío que en Irlanda.
Bueño señores, como quien dice, estoy en ‘capilla’. Es bonito jugar estos torneos, con tantos y tantos grandes jugadores. En fin, es fácil darse cuenta de que hay mucho nivel, pero también hay que pensar que el premio por una buena semana puede ser más grande. No me afecta especialmente ver a tanto gran jugador. Trato de pensar que tengo que estar sólo pendiente de mi juego. Nos vemos.
